📍Hyōgō | 30 de abril de 2025
Ayer martes 29 de abril, poco antes del mediodía, la tranquilidad de una casa familiar en Tanba Sasayama, una ciudad rural en la prefectura de Hyōgo, se rompió abruptamente cuando tres perros de caza irrumpieron en el jardín de la vivienda.
El objetivo de los animales no era otro que el rastro de una presa silvestre, pero el desenlace fue devastador para la familia residente: su querido perro fue brutalmente atacado y, aunque fue trasladado con urgencia a una clínica veterinaria, murió a causa de las heridas.
Más allá del dolor por la pérdida de su mascota, la familia también vivió momentos de terror: una mujer de 48 años, al intentar separar a los perros de su perro, resultó herida en la mano derecha.
Aunque las autoridades calificaron la lesión como leve, el susto y la angustia vivida no se curan con vendas.
🐾 ¿Por qué estaban esos perros sueltos?
No se trataba de animales abandonados ni sin dueño. Eran perros de caza, utilizados por el grupo local de cazadores (猟友会, ryōyūkai), que había sido contratado oficialmente por la ciudad para hacer frente a un problema serio: los daños agrícolas causados por ciervos e incluso jabalíes que bajan de las montañas a las tierras cultivadas.
Ese día, los cazadores estaban realizando un operativo habitual en las faldas del monte cercano, cuando los tres perros se desviaron del rastro original, ingresando sin control en el jardín de esta vivienda.
De acuerdo con la información municipal, uno de los perros era de gran tamaño, mientras que los otros dos eran de tamaño pequeño a mediano. Todos eran mestizos.
El municipio ha informado que los perros ya están bajo la custodia del grupo de cazadores, y que la investigación del caso ya ha comenzado.
⚠️ ¿Qué pasó con la familia?
El impacto ha sido tanto emocional como físico. Perder a una mascota de forma violenta no es solo perder un «animal»: es perder a un miembro de la familia, a un compañero diario que muchos hogares japoneses, especialmente en zonas rurales donde las comunidades son pequeñas y el ritmo de vida más pausado, cuidan con profundo amor.
La mujer herida fue atendida, pero más allá del daño físico, queda la marca psicológica de la escena, y la preocupación latente: ¿puede volver a pasar?
🏞️ Una problemática más amplia
Este no es un caso aislado. Japón, especialmente sus zonas rurales como Tanba Sasayama, lleva años enfrentando una situación cada vez más compleja: la sobrepoblación de animales silvestres, principalmente ciervos (shika) e inoshishi (jabalíes), que arrasan cultivos y generan pérdidas económicas para agricultores que ya de por sí envejecen y escasean.
Ante este escenario, las municipalidades suelen recurrir a grupos de cazadores profesionales, muchos de ellos voluntarios veteranos con experiencia.
Se utilizan perros adiestrados para seguir el rastro de los animales. Pero el riesgo que implica tener perros de caza sueltos en áreas cercanas a viviendas no puede pasarse por alto.
🛑 ¿Qué medidas tomará la ciudad?
El gobierno local de Tanba Sasayama anunció que revisará los protocolos actuales y que buscará nuevas formas de garantizar la seguridad de los residentes, sin renunciar al control de fauna salvaje, que sigue siendo una necesidad urgente.
Este caso ha encendido la alarma sobre la necesidad de redefinir los límites entre áreas de caza y zonas residenciales, especialmente cuando muchas casas están ubicadas justo en la frontera entre lo urbano y lo rural, lo cual es común en muchas ciudades montañosas de Japón.
🐕📍Uso de perros de caza en Japón: contexto, datos y riesgos
🏞️ ¿Por qué se usan perros de caza en Japón?
En Japón, especialmente en regiones rurales y montañosas como Hyōgo, Nagano, Shimane o Kumamoto, la fauna silvestre ha crecido de forma descontrolada debido a:
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Despoblación rural y envejecimiento de la población.
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Desaparición de cultivos activos, lo que permite que ciervos (shika) y jabalíes (inoshishi) se acerquen más a las zonas habitadas.
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Falta de depredadores naturales.
Esto ha causado pérdidas agrícolas millonarias. Para controlarlo, las municipalidades recurren a grupos de cazadores locales (猟友会, ryōyūkai), muchos de ellos voluntarios mayores, que usan perros entrenados para rastrear y acorralar animales.
📊 Cifras clave
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🔫 Cazadores registrados (2023): cerca de 180,000, de los cuales más del 60% tiene más de 60 años.
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🐕🦺 Se estima que alrededor de 10,000 perros de caza son utilizados activamente cada año.
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🦌 Caza de ciervos y jabalíes: más de 500,000 animales abatidos anualmente desde 2020 (según el Ministerio de Medio Ambiente).
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💰 Pérdidas agrícolas por animales salvajes: más de 15 mil millones de yenes al año (~100 millones de USD).
🐶 Perros de caza en Japón: razas y entrenamiento
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Las razas más usadas incluyen el Shikoku ken, Kishu ken y diversos mestizos con instinto rastreador.
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Su entrenamiento se centra en:
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Rastrear olores de ciervos o jabalíes.
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No atacar al animal directamente (en algunos casos), sino acorralarlo o hacerlo salir del escondite.
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Seguir órdenes a distancia, pero frecuentemente se sueltan sin correa, especialmente en montaña.
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⚠️ Riesgo latente: Aunque están entrenados, no son infalibles. En casos como el de Hyōgo, pueden desviarse y causar accidentes si no son supervisados o si cruzan límites residenciales.
⚖️ Normativa y regulación
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📜 La Ley de Protección y Gestión de la Fauna Silvestre permite la caza autorizada durante ciertas temporadas y bajo reglas estrictas.
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Las prefecturas y municipios regulan el uso de perros, pero no hay una ley nacional que impida su uso cerca de viviendas.
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Los cazadores deben reportar el área de actividad, pero no siempre se delimitan zonas seguras para evitar intrusiones como la ocurrida en Tanba Sasayama.
🔍 Casos y controversias recientes
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🏠 Aumentan los casos de perros de caza entrando en viviendas cercanas a áreas montañosas.
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🐈 También han sido reportados ataques a mascotas (gatos, perros pequeños) e incluso a ciervos en parques urbanos, cuando los perros se desvían de la caza.
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🧓 Con cazadores de edad avanzada, el control físico sobre los perros es limitado en muchos casos.
🛑 ¿Qué se discute actualmente?
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Mayor regulación local para limitar áreas de caza cercanas a viviendas.
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Uso de GPS en collares para monitorear a los perros en tiempo real.
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Programas piloto para el uso de drones en lugar de perros, o cercas eléctricas más efectivas para proteger cultivos sin depender tanto de la caza.
💬 Reflexión final
Más allá de los hechos concretos, este suceso recuerda algo profundo: la convivencia entre el ser humano, sus animales domésticos y la naturaleza no siempre es sencilla, y exige reglas claras, responsabilidad y, sobre todo, empatía.
En un Japón cada vez más envejecido, donde muchas personas viven solas o en pequeños núcleos familiares, una mascota es un vínculo afectivo muy fuerte. La pérdida de un perro así no es un daño menor.
Este tipo de casos obliga a pensar no solo en políticas públicas, sino también en formas más seguras y humanas de proteger a todos: la naturaleza, los cultivos, pero también a las familias y a sus seres queridos de cuatro patas.

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