Entre poesía y oración: la vida tranquila de la Emperatriz Emérita Michiko
📍Tōkyō | 20 de octubre
Hoy la Emperatriz Emérita Michiko-sama celebra su 91.º cumpleaños, símbolo vivo de una era en la que la monarquía japonesa se acercó al pueblo con ternura y dignidad.
El Informe oficial del Palacio Imperial (宮内庁) reveló tanto su admirable espíritu de superación como la fragilidad que acompaña al paso del tiempo.
👑 Una recuperación ejemplar, marcada por la serenidad
Tras la fractura de fémur sufrida en octubre de 2024, Michiko-sama ha logrado recuperarse casi por completo, gracias a una intensa rutina de rehabilitación en el Sento Gosho (仙洞御所).
Sin embargo, su salud aún requiere vigilancia constante: mantiene una leve fiebre vespertina, y los valores de BNP, marcador de insuficiencia cardíaca, siguen elevados.
También continúa bajo observación por trombosis venosa profunda, cuidando su hidratación y evitando recaídas mediante caminatas diarias acompañadas de su equipo médico.
El comunicado expresa con sobriedad que “Su Majestad se fatiga con mayor facilidad y su fuerza física disminuye paulatinamente”. Aun así, su temple y la serenidad que irradia permanecen intactos.
💞 El lazo eterno con el Emperador Emérito
A los 66 años de su matrimonio, Michiko-sama continúa siendo la presencia silenciosa que sostiene a Akihito-sama, a quien acompaña con afecto y cuidado cotidiano.
Cada mañana, tras el desayuno, ambos mantienen su tradicional lectura en voz alta —actualmente de la obra Ichinichi, Koten de Tanaka Takako—, mientras Michiko-sama dedica las tardes a la lectura privada de obras como La biblioteca secreta de Siria, testimonio de su sensibilidad universal.
Los médicos del Palacio describen una imagen entrañable: el Emperador Emérito, al recibir su ayuda, suele decirle “gracias”, a lo que ella responde con una sonrisa leve, reflejo de un vínculo inquebrantable forjado en medio siglo de historia.
🕯️ Memoria, paz y legado
El año 2025, marcado por el 80.º aniversario del fin de la guerra, trajo consigo una carga emocional profunda.
Michiko-sama siguió de cerca la “peregrinación por la paz” de los actuales Emperadores Naruhito y Masako a Iwo Jima, Okinawa, Hiroshima y Nagasaki, recordando junto a su esposo las visitas que ambos realizaron hace 30 años durante los actos conmemorativos del cincuentenario.
El comunicado también destaca su vida cultural activa: su asistencia a exposiciones de arte, la reedición del poemario Yūsuge (ゆふすげ) con 466 poemas inéditos, y la colocación de una nueva estela con una de sus waka dedicadas al lago Hamana —símbolo de su nostalgia familiar y conexión con la naturaleza.
🌸 Un legado de ternura
En su día a día, Michiko-sama continúa leyendo la prensa, siguiendo las noticias y participando espiritualmente en cada ceremonia nacional: los homenajes a las víctimas de los terremotos, las guerras y las tragedias naturales.
Su vida, discreta pero firme, sigue siendo un espejo de los valores que moldearon el Japón contemporáneo: compasión, disciplina y humanidad.
A los 91 años, su figura encarna la sabiduría callada de una era que aprendió a mirar el dolor con esperanza.
Y en cada “arigatō” compartido con Akihito-sama, se escribe un nuevo verso de una historia de amor y servicio que trasciende generaciones.

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