Peruano detenido por presunta amenaza armada vía smartphone
📍 Tōkyō | 7 de octubre
En una noche silenciosa de invierno, cuando la mayoría de las casas del este de Shizuoka comenzaban a apagar sus luces, una mujer de unos cuarenta años sintió cómo su tranquilidad se quebraba en un solo instante.
Alas 22:00 del día 5, su teléfono vibró con una notificación común… pero el mensaje que leyó no tenía nada de cotidiano.
Del otro lado, un joven peruano de 23 años, residente en Fujinomiya y que se presenta como empleado de empresa, le había enviado una serie de palabras que helan a cualquiera:
“Voy a llevar un arma. Recuérdalo. ¿Me estás tomando el pelo?” (“チャカ持ってくるわ。覚えておけ。なめてんだろ”)
En la jerga callejera, Chaka (チャカ) puede significar un arma de fuego. Y aunque un mensaje digital no deja huellas visibles, el impacto emocional es inmediato: la mujer sintió miedo, desconcierto y esa súbita sensación de vulnerabilidad que aparece cuando alguien rompe la frontera de lo seguro.
Temblorosa, buscó ayuda. Primero llamó, luego acudió directamente a la policía prefectural. Su denuncia fue el punto de partida para que los investigadores rastrearan la comunicación y procedieran a la detención del sospechoso horas después.
Pese a la gravedad del contenido, el joven niega haber querido amenazar. “No tenía intención de intimidar”, declaró tras su arresto. La policía, sin embargo, sigue examinando cada palabra, el contexto previo y la relación —aún no revelada— entre ambos, intentando entender qué llevó a esa conversación a cruzar una línea tan peligrosa.
El caso vuelve a encender un debate que se repite con inquietante frecuencia en Japón: cómo las aplicaciones de mensajería, diseñadas para conectar, pueden transformarse en herramientas de intimidación silenciosa.
Las estadísticas lo confirman: los delitos cometidos mediante SNS no solo crecen, sino que adoptan formas cada vez más personales, directas y perturbadoras.
En Shizuoka, una mujer intenta recuperar su calma. Y en una comisaría, un joven de 23 años enfrenta las consecuencias de palabras que, incluso en un chat, pueden sentirse como un arma cargada.
⚖️ Marco legal: ¿De qué delito se trata?
■ Artículo aplicable: Delito de amenazas (脅迫罪)
El caso se enmarca en el Artículo 222 del Código Penal japonés (刑法第222条), que establece:
- Quien amenace a otra persona con causar daño a la vida, integridad física, libertad, honor o patrimonio, puede ser castigado con hasta 2 años de prisión o multa de hasta 300.000 yenes.
En Japón, no es necesario que exista un arma real ni que se concreten actos físicos.
El delito se configura si la víctima siente un temor razonable ante la expresión intimidatoria, incluso cuando el autor alegue “no haber tenido intención”.
🙅♂️ **¿POR QUÉ NO SE DIVULGA EL NOMBRE DEL DETENIDO?
A diferencia de muchos países occidentales, Japón aplica estrictamente el principio de presunción de inocencia y evita la exposición pública excesiva de sospechosos.
Motivos principales:
1️⃣ Principio de Shimei hi kōhyō (氏名非公表)
La policía y los medios evalúan caso por caso si divulgar el nombre puede generar:
- Riesgos para el proceso judicial
- Daños irreversibles a la reputación del sospechoso si finalmente se determina su inocencia
- Discriminación étnica o laboral (especialmente cuando la nacionalidad se menciona)
2️⃣ Protección de la víctima
En delitos que involucran comunicaciones personales (amenazas, acoso, violencia doméstica, hostigamiento), revelar el nombre del sospechoso podría permitir inferir la identidad de la víctima, lo cual está prohibido por normas de protección.
3️⃣ Normas internas de los medios
Las principales cadenas y diarios siguen estrictas directrices para evitar:
- Sensacionalismo
- Estigmatización de comunidades extranjeras
- Juicios paralelos
Por eso aparece como:
「ペルー国籍の自称会社員の男(23)」
“Hombre de nacionalidad peruana, autodenominado empleado de empresa (23)”
Sin nombre, sin foto, sin datos personales adicionales.

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