Avanza el discurso antiinmigración mientras crecen la polarización y el debate sobre el futuro de los extranjeros en el país
📍Tōkyō | 21 de Julio de 2025
En un giro político que refleja tensiones cada vez más visibles en la sociedad japonesa, los resultados de las recientes elecciones para la Cámara Alta (参院選) han dejado un mensaje claro: el debate sobre el papel de los extranjeros en Japón ya no es un tema marginal, sino un eje central de disputa política.
Dos partidos en particular, Sanseitō (参政党) y Partido Democrático del Pueblo (国民民主党), han ganado una presencia considerable en el Senado gracias, en parte, a su discurso a favor de reforzar las restricciones hacia los extranjeros que viven o llegan a Japón.
La retórica empleada durante la campaña tocó una fibra sensible en un país donde el envejecimiento poblacional, el estancamiento económico y los cambios sociales han generado incertidumbre y miedo al cambio.
🗳️ Un giro nacionalista: “Japón primero para los japoneses”
Durante la campaña, Kamiya Sōhei, líder del partido Sansei, repitió una consigna provocadora: Nihonjin Fāsuto「日本人ファースト」(Primero los japoneses). En sus mítines y redes sociales, defendió con fuerza la idea de que el país ha cedido demasiado ante la presión internacional para aceptar inmigración, lo que, según él, está debilitando la seguridad y la cultura nacional.
Entre sus declaraciones más polémicas se encuentra la afirmación de que “los extranjeros no pagan impuestos a la herencia”, una frase que se viralizó pero que no está respaldada por la ley tributaria japonesa, lo que ha sido desmentido por múltiples expertos.
A pesar de los señalamientos de que estas afirmaciones fomentan el odio y la desinformación, Kamiya no se retractó. “Hoy en día, hablar de inmigración ya es considerado discriminación, pero no nos vamos a callar”, dijo en una entrevista posterior a la elección.
⚖️ Reacción opuesta: alertas por discriminación y exclusión
Desde el otro extremo del espectro político, partidos como el Partido Democrático Constitucional (立憲民主党) y el Partido Comunista Japonés (共産党) levantaron la voz en defensa de los derechos humanos y la convivencia multicultural.
En sus plataformas, se opusieron abiertamente a reforzar las regulaciones migratorias y advirtieron sobre el riesgo de caer en políticas que puedan terminar criminalizando o estigmatizando a los residentes extranjeros.
“Los extranjeros no son una amenaza. Muchos trabajan, pagan impuestos y ayudan a sostener esta sociedad envejecida. Usarlos como chivo expiatorio es irresponsable”, declaró uno de los portavoces de la izquierda.
🌐 Un fenómeno global que llega a Japón
Este giro político no ocurre en el vacío. A nivel internacional, la expansión de movimientos ultraconservadores y nacionalistas en Europa y América del Norte ha influido en discursos similares en Japón.
El temor a la “pérdida de identidad”, el desempleo o la inseguridad suelen ser utilizados como argumentos para rechazar a inmigrantes y refugiados.
Japón, tradicionalmente reticente a la inmigración masiva, ha comenzado a abrir lentamente sus puertas en los últimos años para hacer frente a la escasez de mano de obra, especialmente en sectores como la construcción, el cuidado de ancianos y la agricultura.
Esto ha generado un aumento notable en la presencia de trabajadores extranjeros, muchos de los cuales llegan bajo programas de formación técnica que han sido criticados por su precariedad.
🔮 ¿Y ahora qué? El futuro de la política migratoria japonesa
Con la llegada de más legisladores favorables a endurecer las políticas migratorias, es probable que en los próximos meses se presenten propuestas para restringir derechos, limitar la residencia permanente o modificar los criterios de nacionalización.
Pero el camino no será fácil: la polarización es evidente, y tanto en la sociedad civil como en los medios hay una creciente conciencia de los riesgos de adoptar políticas excluyentes que podrían afectar la reputación internacional de Japón como país democrático y respetuoso de los derechos.
✍️ Reflexión final
El avance de los partidos nacionalistas marca un antes y un después en la política japonesa. Lo que hasta hace poco era un tabú —hablar abiertamente sobre inmigración como problema— se ha convertido en discurso legítimo para una parte del electorado.
El reto para Japón será no perder de vista su realidad demográfica, económica y social, y evitar caer en la trampa de la exclusión, mientras debate qué tipo de sociedad quiere ser en el siglo XXI.

©NoticiasNippon

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