Ishiba enfrenta intento de remoción en su propio partido: ciudadanos lo defienden con protestas frente al Kantei


📍Tōkyō  |  25 de Julio de 2025


El gobierno del primer ministro Ishiba Shigeru atraviesa una de sus horas más decisivas desde su llegada al poder.

A pocas horas de la fecha límite para presentar las firmas que permitirían adelantar la elección del líder del Partido Liberal Democrático (PLD), el oficialismo se encuentra fracturado y el país observa con expectativa el desenlace.

Lo que parecía una disputa interna se ha transformado en una batalla abierta por el rumbo del gobierno… y hasta por su supervivencia.


🔹 El punto de quiebre: una petición para remover a Ishiba


Hoy viernes, a las 3 de la tarde, vence el plazo para entregar el número mínimo de firmas necesarias —una tercera parte de todos los legisladores del partido gobernante— para convocar una Asamblea General de parlamentarios del PLD. El objetivo de los promotores: adelantar las elecciones internas del partido y forzar la salida del primer ministro Ishiba.

Aunque el proceso parece técnico, en realidad se trata de un movimiento político para provocar su caída, ya que quien lidera el PLD se convierte automáticamente en jefe de gobierno.

La campaña por las firmas ha tomado fuerza en los últimos días. Legisladores críticos al actual primer ministro, incluidos algunos de gran peso como Takaichi Sanae, exministra de Seguridad Económica, han firmado el documento. También se supo que 14 miembros del poderoso grupo de Aso Taro, antiguo vice primer ministro, han adherido.

Varios parlamentarios jóvenes y de mediana edad se mostraron confiados en que lograrán las firmas necesarias, asegurando que “el clima dentro del partido ha cambiado” y que ya no temen represalias por oponerse a la dirección actual.


🔹 “¿Quién firmó?”: la presión invisible desde la cúpula


Pero la lucha no es solo de números. Desde la cúpula del PLD se ha desatado una fuerte contraofensiva para frenar la rebelión. De manera informal, varios legisladores han denunciado que altos mandos están “persuadiendo” o incluso intimidando a sus subordinados para que no firmen.

Un dirigente del partido, bajo anonimato, fue tajante: “Estoy diciendo a los de abajo que no firmen. Este no es el momento para divisiones”.

Y el miedo circula. Un joven diputado comentó a la prensa: “Un superior nos preguntó directamente ‘¿Quién firmó?’. Es una advertencia velada”.

En los pasillos del Parlamento reina la desconfianza y la tensión política, mientras los teléfonos no dejan de sonar con llamados urgentes y visitas inesperadas.


🔹 Ciudadanía activa: Ishiba, no te vayas


Mientras la clase política se sacude, afuera, en las calles, otra escena inusual toma forma: ciudadanos comunes, jóvenes activistas y defensores de la democracia están convocando a una manifestación frente al Kantei, la residencia del primer ministro, con el lema “#石破やめるな” (Ishiba, no te vayas).

Se espera que esta misma noche se reúnan frente a la sede del poder político para expresar su descontento con lo que muchos perciben como “una traición interna” y para mostrar apoyo a un primer ministro al que consideran honesto, coherente y reformista, aunque poco carismático.

En redes sociales, miles de mensajes utilizan la etiqueta, comparando la situación con movimientos ciudadanos del pasado y reclamando que “el pueblo también tiene voz en esta crisis”.


🔹 ¿Por qué quieren sacar a Ishiba?


Ishiba llegó al poder hace dos años con una imagen de político serio, técnico y con una visión de largo plazo. Exministro de Defensa y figura de peso en el ala reformista del PLD, prometió descentralizar el poder, modernizar las Fuerzas de Autodefensa, frenar la compra indiscriminada de tierras por parte de capitales extranjeros y reducir la influencia de los grandes grupos económicos sobre la política.

Pero eso no gustó a todos. Su estilo reservado, su falta de afinidad con las facciones tradicionales del PLD y su decisión de apartarse de los pactos informales con las “viejas caras” del partido, lo dejaron aislado políticamente.

A esto se suman dificultades económicas recientes: una ralentización del crecimiento, la debilidad persistente del yen, y críticas por su manejo de la diplomacia con Corea del Sur y China. Para muchos, su liderazgo ha perdido empuje.


🔹 ¿Qué puede pasar ahora?


  1. Si las firmas alcanzan el umbral legal, el partido deberá convocar una asamblea en los próximos días. Allí se podría aprobar adelantar las elecciones internas, lo que abriría formalmente la puerta a un cambio de liderazgo antes de lo previsto.

  2. Si no se alcanza el número requerido, Ishiba resistirá, pero su liderazgo quedará tocado, y la rebelión podría reactivarse en cualquier momento.

  3. Todo esto ocurre mientras la oposición observa en silencio, esperando capitalizar la crisis en futuras elecciones generales.


🔻 Conclusión: una democracia que respira entre tensiones


Lo que está ocurriendo en Japón no es solo una disputa por el poder. Es también una muestra de que la democracia parlamentaria sigue viva, aunque fracturada, y que la ciudadanía comienza a recuperar espacios de participación más allá del voto.

Ishiba, un político de perfil técnico y poco dado al espectáculo, enfrenta ahora la prueba más dura de su carrera. Si sobrevive esta embestida, lo hará como un primer ministro con respaldo ciudadano pero bajo vigilancia constante de su propio partido.

En cualquier caso, el viernes 25 de julio de 2025 quedará marcado como un punto de inflexión en la política japonesa contemporánea. Y lo que ocurra esta noche, tanto en el Kantei como en las calles, podría redefinir el futuro del país.

 



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