Un día para mirar al cielo… y también al pasado
📍Tōkyō | 1 de agosto de 2025
Cada 1 de agosto, Japón celebra el 「花火の日」 (Hanabi no Hi), el “Día de los fuegos artificiales”.

Aunque para muchos puede parecer solo una excusa para disfrutar del espectáculo veraniego más popular del país, esta fecha guarda una historia profunda que entrelaza la tradición, la tragedia y la espiritualidad.
🔓 Un renacer tras la guerra
En 1948, apenas tres años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno japonés autorizó nuevamente la realización de fuegos artificiales, que habían estado prohibidos durante el conflicto.
Este gesto fue más que una simple autorización: simbolizó el retorno de la esperanza, la reconstrucción emocional de una nación herida, y la recuperación de las festividades que forman parte del alma japonesa.
Desde entonces, el 1 de agosto se recuerda como el día en que el fuego dejó de ser un arma para volver a ser arte.
💥 Una tragedia que marcó la industria pirotécnica
Pero la fecha también carga con dolor. El 1 de agosto de 1955, una explosión devastadora ocurrió en un almacén de fuegos artificiales en Umayabashi (厩橋), distrito de Sumida (Tokio).
La explosión no solo causó víctimas fatales, sino que estremeció a una comunidad entera y puso de relieve los riesgos que conlleva el trabajo artesanal con pólvora.
Desde entonces, los controles de seguridad y las regulaciones de la industria pirotécnica se reforzaron, y este día también se recuerda con respeto por quienes perdieron la vida.
🌌 Un espectáculo espiritual: el festival PL de Osaka
Cada 1 de agosto, también se celebra uno de los festivales pirotécnicos más grandes del mundo: el
「教祖祭PL花火芸術」(Kyōsosai PL Hanabi Geijutsu), organizado por la Iglesia Perfect Liberty (PL) en Tondabayashi, Osaka.
Este evento no es solo un festival, sino un acto religioso de homenaje a los difuntos, donde más de 20,000 fuegos artificiales son lanzados al cielo en un despliegue artístico que atrae a cientos de miles de personas.
Es un momento para reflexionar sobre la vida, la muerte y el deseo de paz en comunidad.
🏞️ ¿Y por qué también se celebra en mayo?
Curiosamente, Japón tiene otro “Día de los fuegos artificiales” el 28 de mayo, porque en el calendario lunar tradicional, ese día se celebraba el apertura del río Sumida en Ryōgoku (両国川開き) — uno de los eventos fluviales más antiguos de Edo (actual Tokio).
Ambas fechas reflejan la profunda conexión entre los fuegos artificiales y el ciclo de las estaciones, los ríos y la vida cotidiana en Japón.
🇯🇵✨ Hanabi: más que luces en el cielo
En Japón, los fuegos artificiales no son solo entretenimiento. Representan:
- Lo efímero de la belleza, como los cerezos en flor.
- La conexión con los antepasados, especialmente en eventos como Obon.
- Un arte milenario, que combina física, química, diseño y espiritualidad.
- Un reflejo del alma japonesa, que valora el silencio, la contemplación y la armonía.
La palabra misma, 花火 (hanabi), se compone de los caracteres de “flor” (花) y “fuego” (火). Porque en Japón, incluso el fuego puede florecer.
🧠 Reflexión final
En un país donde cada chispa tiene historia y cada explosión de color puede traer lágrimas de emoción o memoria, el Día de los Fuegos Artificiales es más que un simple festival. Es una forma de mirar al cielo con gratitud, recordando el pasado y celebrando el presente.
Hoy, Japón no solo lanza fuegos artificiales. También lanza deseos, recuerdos y oraciones al cielo.

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