Un domingo de extremos: Okinawa en verano, Hokkaidō en invierno, Honshū en otoño
📍Tōkyō | 16 de noviembre
Japón vivió hoy un domingo que parecía partido en dos mundos.
En el extremo sur, Okinawa despertó envuelta en un calor casi veraniego: en Ishigaki (Región de Okinawa), el termómetro alcanzó 28.0 °C, mientras en Iriomote, Yonaguni, Hateruma y Miyakojima las temperaturas oscilaron entre 27.3 °C y 27.5 °C.
El aire era cálido, húmedo, casi tropical; una sensación que contrasta con la idea de noviembre y hace que las islas Yaeyama vivan en su propio ritmo estacional.
Muy lejos de allí, en la punta norte del archipiélago, Hokkaidō (Región de Hokkaidō) amaneció bajo un frío que corta la respiración.
En Taiki, la temperatura mínima se desplomó hasta –7.0 °C; en Kitami–Ketobetsu, rozó los –7 °C; y en Shumarinai (Región de Kamikawa), los termómetros marcaron –5.7 °C en plena madrugada.
Escarcha espesa, suelos endurecidos y un silencio helado marcaron el amanecer del norte.
Entre ambos extremos, el resto de Honshū, especialmente Tokio, Kansai, Chūbu y Tōhoku, transitó un día otoñal más moderado, con temperaturas suaves que contrastaban con los extremos del país.
Era como si Japón viviera tres estaciones simultáneas: verano en Okinawa, otoño en la mayor parte del país, e invierno prematuro en Hokkaidō y los Alpes Japoneses.
La jornada dejó así un contraste climático de dimensiones notables: más de 35 grados de diferencia entre el sur subtropical y el norte boreal.
Un recordatorio de la enorme diversidad climática del archipiélago y de cómo, bajo un mismo cielo, Japón puede ser un país completamente distinto según la región.

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