Un año de tensiones: entre osos, arroz viejo, Trump y medios “viejos”, el vocabulario del 2025 refleja un país en transformación
📍Tōkyō | 01 de diciembre
Japón cerró el 2025 poniendo nombre a su herida abierta: Hataraite hataraite hataraite hataraite hataraite mairimasu/ josei shushō「働いて働いて働いて働いて働いてまいります/女性首相」(“Trabajaré, trabajaré, trabajaré, trabajaré, trabajaré / primera ministra mujer”).
La expresión, pronunciada por Takaichi Sanae el día en que se convirtió en la primera mujer en liderar Japón, ya no es solo una frase política: es un espejo que devuelve la angustia, la fatiga y la contradicción del país que más teme detenerse.
Aquel 4 de octubre, cuando ganó la presidencia del Partido Liberal Democrático frente a Koizumi Shinjirō, Takaichi subió al estrado envuelta en su habitual traje azul —un color que parecía más pesado que solemne— y dijo lo que nadie esperaba escuchar en pleno debate sobre el exceso laboral:
“Quiero que todos trabajen como caballos de tiro. Yo misma desecharé el término ‘balance de vida’” 「全員に馬車馬のように働いてもらう。私自身もワークライフバランスという言葉を捨てます」
Ese día, la sala se quedó helada.
Horas después, Japón entero también.
Lo que pretendía sonar a determinación sonó, para muchos, a un regreso a los tiempos más oscuros del karōshi. Para familias que perdieron hijos, padres o hermanos por exceso de horas, la frase fue una bofetada. Para sindicatos, un retroceso. Para jóvenes, una señal de que el país que aman sigue sin escucharlos.
Y aun así, la frase corrió como pólvora: memes, debates, columnas incendiarias.
Una mezcla de burla y temor.
Un país riéndose para no llorar.
🏆 La palabra que definió un país exhausto
El clásico certamen lingüístico de fin de año, Shingo ryūkōgotaishō「新語・流行語大賞」, anunció sus 10 términos más representativos. Pero la ganadora no fue una moda, ni una expresión juvenil, ni un meme pasajero:
fue una frase política convertida en símbolo del año.
La frase de Takaichi se impuso porque no dejó indiferente a nadie:
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Fue repetida en noticieros con el mismo tono con el que se anuncian emergencias.
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Fue parodiada por humoristas, pero también citada con seriedad por expertos en salud mental.
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Fue celebrada por sectores conservadores que ven en ella un liderazgo férreo, casi clásico.
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Fue denunciada por quienes tempranamente entendieron que en Japón, las palabras sobre trabajo nunca son solo palabras.
El jurado lo dijo sin rodeos: “Esta frase capturó el estado emocional del país”.
📰 El día que la política se volvió tendencia
La ceremonia del premio, celebrada el 1 de diciembre, tuvo un tono atípico. No era una sesión del Parlamento, pero la presencia de la mandataria le añadió una gravedad inesperada.
Takaichi subió al escenario entre aplausos tensos.
Sonrió. Respiró hondo.
Y confesó, casi con vergüenza:
“Bueno… esta frase generó opiniones divididas”.
El auditorio rió. Ella también.
Pero la risa duró poco.
La primera ministra intentó suavizar la tormenta que ella misma había desatado:
—“No quiero promover la explotación laboral”.
—“Solo quise expresar compromiso”.
—“El quíntuple ‘働いて’… bueno, se me escapó por la emoción del momento”.
Las cámaras captaron algo que no suele verse en ella: una fragilidad mínima, apenas un segundo, que desapareció en cuanto recuperó el tono firme de costumbre.
🔍 Por qué esta frase ganó (y por qué dolió tanto)
✔ Porque tocó un nervio que Japón evita tocar: el cansancio colectivo.
2025 fue un año de inflación persistente, estrés laboral y un país que envejece más rápido de lo que se reforma.
✔ Porque es histórica.
La primera mujer primera ministra de Japón comenzó su mandato con un mantra que recuerda más al Japón de los 80 que al de 2025.
✔ Porque se viralizó al instante.
Tres segundos de discurso se convirtieron en un año de discusiones.
✔ Porque expresó, sin querer, la contradicción del país:
un Japón que valora la disciplina, pero pide a gritos descanso.
🎭 En síntesis
La frase de Takaichi no solo ganó un premio lingüístico.
Ganó, sobre todo, un lugar en la memoria afectiva de millones de trabajadores.
Para algunos, simboliza la fuerza de una mujer abriéndose paso en la cumbre del poder.
Para otros, el eco amargo de las horas extra no pagadas y las noches sin ver a la familia.
Lo cierto es que, a su manera, esta frase es una radiografía del 2025: un año tenso, un país agotado y una sociedad que —entre aplausos, críticas y resignación— sigue preguntándose cuánto más puede trabajar sin romperse.
🏆 Un homenaje que toca el corazón:
El Premio Especial del Jurado fue para Misutāpuro yakyū (ミスタープロ野球, Mr. Pro Béisbol), título con el que los japoneses despidieron a Nagashima Shigeo, fallecido en junio.
Leyenda de los Yomiuri Giants, icono nacional y rostro de generaciones, Nagashima se convirtió en sinónimo de béisbol japonés.
El reconocimiento tiene un tono profundamente emocional: no solo honra al deportista, sino también a una era entera del deporte que él ayudó a construir.
📌 Un país preocupado, polarizado y expuesto
El listado de palabras más influyentes de 2025 confirma un año intenso, político y socialmente:
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Kokokokomai「古古古米」— arroz demasiado viejo, reflejo de problemas en la cadena alimentaria y en la inflación agrícola.
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Kinkyū juryō / kuma higai 「緊急銃猟/クマ被害」— caza urgente / ataques de osos, un símbolo del aumento de encuentros peligrosos entre humanos y fauna salvaje.
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Toranpu kanzei「トランプ関税」— aranceles Trump, que sacudieron el comercio del Indo-Pacífico.
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Ōrudomedia「オールドメディア」— “medios antiguos”, término usado en el propio Parlamento durante tensos cruces sobre tecnología y credibilidad informativa.
El vocabulario del año muestra un Japón que combina incertidumbre económica, tensiones diplomáticas, crisis ambientales y un creciente desgaste social, pero también memoria histórica y afecto colectivo.

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