📍Tōkyō | 1 de mayo de 2025
En las frías y remotas costas del este de Hokkaido, donde el mar choca contra rocas cubiertas de algas y los vientos del norte son fuertes incluso en primavera, ocurrió una pérdida que ha generado preocupación entre científicos, ambientalistas y autoridades japonesas.

Una nutria marina, animal que en Japón es símbolo de ternura y al mismo tiempo un indicador biológico de la salud del ecosistema marino, fue hallada muerta el pasado 22 de abril en la localidad costera de Hamanaka, en la subprefectura de Kushiro.
Lo que parecía ser una triste pero aislada muerte, se transformó en una alerta nacional: tras un análisis genético realizado por la Universidad de Hokkaido, se confirmó que el animal había muerto infectado con el virus H5 de la gripe aviar altamente patógena. Es la primera vez en la historia de Japón que este virus se detecta en una nutria marina (ラッコ), un mamífero marino clasificado como especie en peligro de extinción en el país.
El mar ya venía advirtiéndolo
Este caso no es un hecho aislado. Solo cuatro días antes, el 18 de abril, en Nemuro, una ciudad vecina a Hamanaka, fue encontrado muerto un león marino moteado (ゼニガタアザラシ), otra especie que habita el litoral norte. El diagnóstico fue el mismo: gripe aviar. También fue la primera vez que se detecta este virus en esa especie en Japón.
Desde marzo, la región ha sido testigo de una ola de muertes entre aves marinas como el alca común (umisuzume) y la gaviota cola negra (umineko), también víctimas del virus. Estas aves, al compartir hábitat con los mamíferos marinos, podrían estar actuando como transmisores.
¿Por qué esto importa?
Las nutrias marinas no son comunes en Japón. Se estima que menos de una decena vive actualmente en estado salvaje, concentradas principalmente en zonas como la península de Shiretoko y las costas de Hamanaka. Por eso, la pérdida de un solo ejemplar representa un golpe significativo para la conservación de la especie en el país. Además, el hecho de que el virus haya cruzado de aves a mamíferos acuáticos en libertad sugiere una mutación preocupante en la dinámica de transmisión del virus.
El Ministerio de Medio Ambiente ha decidido declarar el área donde apareció la nutria como zona de vigilancia intensiva, reforzando los controles para detectar otras muertes sospechosas y comprender la magnitud del brote.
¿Hay peligro para los humanos?
Por el momento, las autoridades recalcan que el virus H5 no se transmite fácilmente a los seres humanos, a menos que haya un contacto directo y prolongado con animales infectados. Sin embargo, sí recomiendan no tocar animales salvajes muertos o debilitados y, en su lugar, avisar de inmediato a las autoridades locales o a los centros de medio ambiente.
Un reflejo de un ecosistema desequilibrado
Este episodio no es solo una anécdota científica. Es un síntoma del estrés ambiental que enfrenta el ecosistema marino del norte de Japón, sometido al cambio climático, a la sobrepesca, y ahora también a la propagación de enfermedades infecciosas entre especies silvestres.
La nutria marina, que muchos conocen por sus adorables gestos flotando de espaldas mientras juegan con piedras, se convierte hoy en el rostro de una alarma ecológica.
Su muerte no solo entristece a quienes luchan por conservar la biodiversidad japonesa, sino que nos recuerda que la salud de los océanos y la vida que albergan están más frágiles de lo que imaginamos.

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