La decisión podría marcar un punto delicado en las ya frágiles relaciones entre ambos países


📍Pekín | 19 de Julio de 2025


Por primera vez desde que comenzó su pesadilla judicial en China, el empleado japonés de la farmacéutica Astellas Pharma, detenido hace más de dos años por supuesto espionaje, ha dado señales de resignación.

Según fuentes diplomáticas consultadas por medios japoneses, el hombre ha decidido no apelar la sentencia de prisión a la que fue condenado el pasado 16 de julio. Esto significa que la condena de 3 años y 6 meses de cárcel por espionaje quedará firme en los próximos días.


👤 ¿Quién es el acusado?


Se trata de un hombre japonés de unos 60 años, empleado de Astellas Pharma y residente en Pekín desde hace varios años como parte de su asignación corporativa. Fue detenido en marzo de 2023 por autoridades chinas y posteriormente acusado formalmente en octubre de ese año, bajo la ley contra el espionaje de China.

Desde su detención, el gobierno japonés ha solicitado explicaciones claras y acceso consular constante, insistiendo en que el caso carece de transparencia y de garantías básicas del debido proceso.


⚖️ ¿Qué dice el fallo?


El tribunal de segunda instancia en Pekín, que lo condenó esta semana, sostuvo que el hombre realizó actividades de recolección de información sensible, presuntamente bajo instrucciones del gobierno japonés, algo que tanto el acusado como Tokio han negado categóricamente.

El juicio se llevó a cabo a puertas cerradas, sin posibilidad de acceso público ni de observadores internacionales, lo que ha generado fuertes críticas desde organismos de derechos humanos y gobiernos aliados.


❌ ¿Por qué no apelará?


La decisión de no apelar la sentencia ha sido interpretada como un gesto de resignación frente a la escasa posibilidad de revertir el fallo dentro del sistema judicial chino, donde las tasas de éxito en apelaciones son ínfimas, especialmente en casos relacionados con la seguridad nacional.

También podría tratarse de una estrategia para facilitar una liberación anticipada o una eventual deportación, en función de acuerdos diplomáticos bilaterales o decisiones humanitarias futuras.


📉 Contexto político y diplomático


Desde 2014, cuando China reforzó su Ley contra el Espionaje, al menos 17 ciudadanos japoneses han sido detenidos bajo cargos similares. Muchos eran investigadores, técnicos o empleados de empresas. Actualmente, cinco japoneses permanecen encarcelados en China por presunto espionaje.

Este caso en particular es muy sensible porque ocurre en un momento de tensión creciente entre ambos países, que compiten por influencia en Asia, especialmente en lo tecnológico y militar.

Además, la ampliación reciente de la ley china para incluir “cualquier información que afecte la seguridad nacional” ha aumentado la inseguridad jurídica para extranjeros que viven o trabajan en China.


🗣️ Reacción del gobierno japonés


El Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón expresó su “profundo pesar y fuerte protesta” ante la decisión del tribunal chino.

Reiteró su petición de que se garantice la salud del acusado, sus derechos humanos y su acceso a visitas consulares, además de insistir en que no se ha presentado evidencia pública de actos ilegales.

Desde Astellas Pharma, la empresa ha evitado hacer comentarios específicos sobre el caso, limitándose a señalar que están “en estrecho contacto con las autoridades y apoyando a la familia”.


🧭 ¿Qué puede pasar ahora?


  1. La sentencia quedará firme: Al no apelar, el hombre comenzará formalmente a cumplir su condena en una prisión china.
  2. Se abrirán canales diplomáticos: Japón podría negociar una liberación anticipada, como ha ocurrido en casos anteriores.
  3. Impacto en los negocios: Empresas japonesas han comenzado a reforzar sus protocolos de seguridad y reducir actividades sensibles en China, ante el temor de nuevos arrestos.

🧑‍💼 Opiniones desde Japón


Muchos expertos y exdiplomáticos señalan que este caso es un “mensaje político” de China, y que podría utilizarse como ficha de presión en negociaciones económicas, tecnológicas o incluso territoriales. También ha generado temor entre académicos y técnicos que frecuentemente viajaban a China por trabajo o investigación.

Un investigador universitario japonés comentó:

“Este caso es un recordatorio brutal de que cualquiera de nosotros podría ser arrestado sin motivo claro. La confianza se ha erosionado”.


🕊️ Epílogo incierto


La decisión de no apelar no significa aceptación de culpa. Más bien, parece una rendición ante un sistema judicial opaco, que opera bajo consideraciones políticas y de seguridad nacional.

Mientras tanto, el hombre sigue preso en un país donde ni él ni sus seres queridos pueden defenderse plenamente. Y Japón, por ahora, solo puede esperar que el tiempo —o la diplomacia— permitan traerlo de vuelta a casa.


 

 


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