🇯🇵 Un caso que golpea al turismo: ¿se endurecerán las medidas contra #extranjeros irrespetuosos en Japón?”
📍Tōkyō | 02 de septiembre de 2025
El influencer australiano Lochie Jones está en el ojo de la tormenta en Japón tras publicar en Instagram, a inicios de agosto de 2025, una serie de videos donde aparece en un cementerio privado de Fujikawaguchiko (Yamanashi)cometiendo actos considerados una grave falta de respeto a los difuntos y a la cultura funeraria japonesa.
En las imágenes, Jones:
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Camina entre las tumbas filmándose.
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Encuentra un chūhai (チューハイ, bebida alcohólica en lata) colocado como ofrenda, lo abre y lo bebe de un solo trago.
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Al terminar, golpea la lata contra la tumba en tono burlesco.
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Arroja latas vacías en el lugar.
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Saca y agita un sotōba (卒塔婆, tablilla de madera budista), elemento que lleva inscripciones con sutras y el nombre del fallecido.
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Manipula un adorno en forma de conejo y muestra lo que parece un arma de juguete.
Incluso sugirió que el cementerio podría tener relación con el bosque de Aokigahara, famoso por los suicidios, trivializando un tema socialmente sensible en Japón.
🔥 Reacciones en Japón
El video fue publicado el 4 de agosto y comenzó a viralizarse alrededor del 27 de agosto, generando indignación masiva:
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Comentarios en japonés e inglés lo acusaron de “profanar tumbas” y de “usar el dolor ajeno como entretenimiento”.
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Mensajes como:
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“¿Aceptarías que hicieran esto en la tumba de tus padres?” 「親の墓で同じことをされても許せるのか?」
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“Pide perdón por destruir la tumba”. 「墓荒らしたこと謝罪しろ」
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“No vuelvas nunca más a Japón”. 「二度と日本に来るな」
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En paralelo, usuarios denunciaron su cuenta en redes y comenzaron a circular llamados a reportar sus actividades a las autoridades japonesas.
🏛 Autoridades y templo responsable
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El templo dueño del cementerio, que delega la gestión a una empresa en Tokio, declaró a la prensa que:
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Normalmente no se colocan alimentos en las tumbas, pero sí bebidas alcohólicas.
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Nunca habían escuchado de alguien que se llevara o consumiera ofrendas.
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El cementerio no tiene vigilancia fija y el acceso es libre.
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El Departamento de Medio Ambiente de Fujikawaguchiko dijo que desconocía el caso hasta la difusión mediática, y ordenó reforzar la gestión del lugar.
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La Policía de Fujiyoshida confirmó estar investigando la autenticidad de los videos:
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Analizan si el alcohol consumido era realmente una ofrenda.
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Evalúan si corresponde citar al responsable o a los administradores del cementerio.
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No han confirmado aún si Jones ha sido interrogado.
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⚖️ Marco legal y sanciones posibles
En Japón, el comportamiento de Lochie Jones podría encuadrar en varios delitos:
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Profanación de tumbas y lugares de culto (刑法188条)
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Pena: hasta 6 meses de cárcel o multa de hasta 100,000 yenes.
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Aplica a conductas que muestren desprecio o daño en cementerios, altares o templos.
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Daños a la propiedad (刑法261条)
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Pena: hasta 3 años de prisión o multa de hasta 300,000 yenes.
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Si se confirma que arrancó y deterioró un sotōba (卒塔婆).
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Allanamiento (刑法130条)
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Pena: hasta 3 años de cárcel o multa de hasta 100,000 yenes.
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Procedería si el cementerio hubiese tenido restricciones de acceso, cosa que no aplica en este caso porque la entrada es libre.
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🌏 Contexto cultural
En Japón, los cementerios son espacios sagrados donde se honra a los ancestros.
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Las ofrendas (酒, comida, flores) representan respeto y conexión espiritual.
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Las tablillas sotōba (卒塔婆) contienen escrituras budistas que simbolizan la trascendencia del difunto.
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Manipular o ridiculizar estos elementos equivale a profanar directamente la memoria de los muertos.
Por eso, los actos de Jones no se perciben como una simple “travesura”, sino como una humillación a la tradición japonesa y a las familias que allí descansan.
📉 Impacto y posibles consecuencias
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El caso afecta la imagen de turistas extranjeros en Japón, en un momento donde el país busca equilibrio entre turismo masivo y respeto cultural.
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Podría haber repercusiones para Jones como:
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Prohibición de entrada futura a Japón (inmigración tiene discrecionalidad para negar visados a personas con antecedentes problemáticos).
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Sanciones legales menores pero con fuerte impacto reputacional.
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Boicot social en redes, que ya está en curso.
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Anexo
⚖️ Casos previos de incidentes en templos y cementerios
1️⃣ Grafitis en templos de Nara (2015)
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Qué pasó: turistas australianos y neozelandeses escribieron con spray en murallas de templos budistas (Patrimonio de la Humanidad).
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Consecuencias: arresto inmediato, disculpas públicas y multa económica. Finalmente fueron liberados tras intervención diplomática, pero con fuerte repudio social.
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Lección: en sitios patrimoniales, la policía actúa rápido; la sanción suele ser multa más repatriación voluntaria.
2️⃣ Templo Sensō-ji en Tokio (2017)
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Qué pasó: un turista chino grabó un video trepándose al altar principal y publicándolo en redes.
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Consecuencias: detenido por la policía y procesado por 不敬罪 (profanación de lugar de culto, art. 188).
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Resultado: condena suspendida (sin cárcel efectiva) pero con expulsión del país poco después.
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Lección: aunque la pena fue leve, inmigración decidió que su conducta era “incompatible con la residencia en Japón”.
3️⃣ Destrucción de tumbas en Aichi (2019, caso japonés)
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Qué pasó: un hombre local pateó tumbas, tiró ofrendas y volcó sotōba en un cementerio.
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Consecuencias: arrestado por daños a la propiedad y profanación de tumbas.
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Resultado: sentencia de cárcel suspendida (2 años, sin ingreso efectivo a prisión) y multa.
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Lección: incluso para japoneses, estos casos terminan en sanciones leves, pero quedan registrados como antecedentes penales.
4️⃣ Turistas en Okinawa (2023)
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Qué pasó: dos turistas estadounidenses filmaron un TikTok donde se bañaban desnudos en un estanque dentro de un santuario.
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Consecuencias: liberados con advertencia, pero el santuario presentó queja formal y quedaron vetados de eventos culturales locales.
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Lección: a veces el castigo es social y administrativo más que penal.

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