MiniStop sufre caída en ventas tras el escándalo de consumo indebido

 


📍Tōkyō, 11 de septiembre


La cadena de conveniencia MiniStop, conocida por sus tiendas con cocina propia para preparar onigiris y bentos, atraviesa una crisis de confianza.

En agosto, sus ventas promedio por tienda cayeron un 2.2% respecto al mismo mes del año pasado. La razón principal: el escándalo por manipulación de fechas de consumo en productos frescos.

Empleados habían extendido de manera irregular la fecha de caducidad de comidas preparadas, lo que obligó a la empresa a suspender por completo la venta de estos artículos desde el mes pasado.

 


📊 El impacto directo


  • 📉 Ventas de productos preparados en tienda: caída de casi un 10%.

  • 📦 Esto tiró hacia abajo las cifras globales, generando una pérdida de confianza tanto en clientes habituales como en nuevos.

  • 🕒 La compañía afirma que no reanudará las ventas de onigiris y bentos hasta que tenga garantías plenas de seguridad alimentaria.

Este tipo de productos representan un pilar importante del modelo de negocio de MiniStop, ya que diferencian a la marca frente a rivales como Lawson o 7-Eleven.

 


🏪 Comparación con la competencia


Mientras MiniStop retrocede, los otros grandes del sector tuvieron un agosto positivo:

  • Lawson: +5.8%

  • FamilyMart: +3.6%

  • 7-Eleven: +0.8%

Esto revela que el problema no fue el mercado en sí, sino un golpe directo a la reputación de MiniStop.

 


🧾 Contexto y consecuencias


  1. Reputación dañada
    En Japón, la confianza en la seguridad alimentaria es clave. Un error en el etiquetado de fechas puede generar un rechazo duradero entre consumidores.

  2. Efecto prolongado en ingresos
    Aunque se tomen medidas de control, recuperar la confianza será lento. MiniStop ya anticipa que el impacto en ventas podría prolongarse varios meses.

  3. Competencia reforzada
    Rivales como FamilyMart y Lawson están capitalizando la situación. Algunos clientes habituales de MiniStop ya se han desplazado a esas cadenas.

 


👀 Lo que viene


  • Reapertura incierta: MiniStop no da plazos para volver a vender onigiris y bentos.

  • Plan de recuperación: promete reforzar controles de higiene y trazabilidad.

  • Desafío mayor: en un mercado donde la lealtad del cliente es frágil, el verdadero reto será demostrar que la marca aprendió de la crisis.


👉 En resumen: lo ocurrido con MiniStop no es solo un problema de números. Es una advertencia sobre lo delicado que es el vínculo entre confianza y consumo en Japón, especialmente en el sector de las comidas listas para llevar.

 

 



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