El crimen también se digitaliza: la nueva era del robo automotriz en Japón

 


📍Tōkyō , 11 de octubre


La tranquilidad de Toyama, una prefectura habitualmente pacífica en la costa del Mar de Japón, se vio alterada por una serie de robos de vehículos de alta gama.

Esta semana, la policía prefectural arrestó a dos hombres brasileños, de 26 y 31 años, sospechosos de robar un SUV de lujo valuado en 8 millones de yenes del patio de una vivienda privada en la ciudad de Toyama.

Según la investigación, uno de los detenidos trabaja en la construcción en Mie y el otro reside en Takaoka (Toyama). Los agentes creen que ambos forman parte de una red mixta de ladrones japoneses y extranjeros que roba autos costosos para venderlos en el extranjero.

Durante la misma noche del 26 de mayo, uno de los sospechosos también habría participado en el robo de otro SUV valuado en 11 millones de yenes en Imizu City.

 

 

🚨 Una ola que preocupa a las autoridades


La prefectura de Toyama ha registrado 21 robos de SUVs este año, especialmente de modelos Toyota Land Cruiser, un vehículo muy buscado en el mercado internacional. Casos similares se han reportado en Aichi e Ishikawa, lo que sugiere una red que opera de manera coordinada entre varias regiones.

 

 

💻 El método: los “CAN Invaders”


La policía sospecha que los delincuentes utilizaron un dispositivo conocido como CAN Invader, una herramienta que accede al sistema electrónico del vehículo y permite desbloquear las puertas y arrancar el motor sin llave.

Este tipo de “piratería automotriz” se ha convertido en una pesadilla para las autoridades japonesas, que hasta hace poco confiaban en que los sistemas electrónicos eran inviolables.

 

 

⚖️ Marco legal


En Japón, el robo de un vehículo constituye el delito de settō-zai (窃盗罪 , hurto), castigado con hasta 10 años de prisión.

Si además se demuestra participación en una red organizada, podrían enfrentar cargos por crimen organizado o tráfico de bienes robados, con penas adicionales y decomiso de bienes obtenidos del delito.

Las penas se agravan si el robo se realiza en colaboración con terceros o mediante métodos tecnológicos que impliquen manipulación electrónica.

 

 

🏠 Consejos para propietarios


  • Evitar dejar el vehículo estacionado por largos periodos sin supervisión.
  • Instalar bloqueos físicos (como trabas de volante o pedal).
  • Usar cámaras de seguridad domésticas o sistemas de rastreo GPS.
  • Guardar siempre el número de chasis (VIN) y copias de las llaves electrónicas.
  • Reportar de inmediato cualquier manipulación o sonido sospechoso.

 

🌍 Un fenómeno en expansión


El caso de Toyama no es aislado. Japón enfrenta un aumento de robos de SUVs y todoterrenos, muchos de ellos exportados ilegalmente a mercados extranjeros donde alcanzan precios muy superiores.

La policía busca reforzar la cooperación con aduanas y puertos, así como actualizar las leyes para incluir sanciones más severas por manipulación electrónica de vehículos.

 

⁉️¿Por qué no se difunde el nombre de los detenidos?


  1. Principio de presunción de inocencia:
    Aunque hayan sido arrestados, legalmente aún no han sido condenados. Las autoridades y medios suelen evitar identificar por nombre completo a sospechosos, especialmente si el caso está en fase inicial o si no hay riesgo social inmediato.
  2. Política de privacidad en medios japoneses:
    Muchos medios japoneses siguen pautas éticas estrictas y sólo revelan nombres cuando:
  • El delito es especialmente grave o violento.
  • Ya se ha presentado una acusación formal (起訴) por parte de la fiscalía.
  • Se trata de un caso con alto impacto público.
  • Los sospechosos son figuras públicas o ha sido buscado anteriormente.
  • Condición del extranjero:
    En algunos casos, si el sospechoso es extranjero, los medios también omiten el nombre por razones diplomáticas o para evitar conflictos en la comunidad migrante, a menos que haya riesgo de fuga o reincidencia confirmada.

 En cuanto se presente una acusación formal (起訴) o el caso se eleve a juicio, es probable que el nombre completo se haga público, especialmente si se trata de un caso con múltiples antecedentes como este.

 

 

🔚 Reflexión final


Este caso deja una lección clara: la tecnología que nos facilita la vida también puede ser usada en nuestra contra.

Los vecinos de Toyama, sorprendidos por la noticia, piden mayor vigilancia y patrullaje, mientras la policía sigue desmantelando redes de robo que, poco a poco, se adaptan al Japón digital del siglo XXI.

 



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