TOKIO.- El servicio de sharing de patinetes eléctricos está experimentando una notable expansión en el archipiélago nipón.

Lime, una empresa reconocida mundialmente por su servicio de micromovilidad eléctrica compartida, ha hecho su entrada formal en Japón el 19 de agosto de 2024.

Esta compañía lanzó su servicio en seis áreas clave de Tokio: Shibuya, Shinjuku, Meguro, Setagaya, Toshima y Nakano. En estas áreas, ha instalado más de 40 estaciones de carga y uso compartido, desplegando 200 unidades de micromovilidad eléctrica.

Lime ofrece dos tipos de vehículos eléctricos: el tradicional patinete eléctrico (electric kickboard) y, por primera vez en Japón, el “electric seat board”, un patinete con asiento que mejora la estabilidad y la comodidad del usuario.

Este segundo tipo es más adecuado para trayectos más largos y cuenta con un espacio adicional para transportar compras o pequeños objetos.

 

COSTO

La tarifa es de aproximadamente 490 yenes por 30 minutos o 100 yenes de tarifa básica más 30 yenes por minuto de uso.

Los vehículos lanzados pertenecen a la serie Gen4.1 de Lime, que han sido diseñados internamente y producidos con altos estándares de seguridad.

Estas unidades, clasificadas como «motocicletas pequeñas específicas» en Japón, han sido aprobadas por la Asociación Japonesa de Transporte Automotor (JATA).

Las mejoras incluyen ruedas un 150% más grandes que las de otros dispositivos eléctricos personales, lo que facilita la estabilidad en terrenos irregulares o al subir bordillos.

Además, el centro de gravedad más bajo que en modelos anteriores proporciona una mayor seguridad y comodidad en el manejo.

Lime, que ya opera en 280 ciudades de todo el mundo, aprovecha su vasta experiencia y la enorme cantidad de datos recolectados en otras ciudades para adaptar sus servicios a las particularidades de cada urbe.

Esta estrategia tiene como objetivo ofrecer un servicio no solo eficiente sino también seguro para los usuarios y peatones.

 

INICIATIVA

Una característica destacada es la introducción del “Helmet Selfie”, una iniciativa de seguridad que recompensa a los usuarios con un descuento del 10% si envían una foto usando un casco a través de la aplicación de Lime.

Esta medida no solo incentiva el uso del casco, sino que también se alinea con los objetivos de la empresa de promover una conducción segura.

Antes de comenzar a usar el servicio, los usuarios deben completar una capacitación en seguridad y aprobar un examen que valida su comprensión de las normas viales y de seguridad.

Otro aspecto importante del servicio es el control riguroso que Lime ejerce sobre sus usuarios.

Cualquier infracción continua o mal uso del servicio puede resultar en multas, suspensiones o incluso la cancelación de la cuenta, reforzando el compromiso de la empresa con la seguridad y el respeto a las regulaciones.

 

NO ES LA PRIMERA VEZ

Es relevante destacar que Lime ya había realizado un experimento en Fukuoka en 2019 para probar su servicio, aunque no fue hasta este lanzamiento que la compañía comenzó su expansión a gran escala en Japón.

La entrada de Lime en el mercado japonés, además de ser su primera operación formal en Asia Oriental, se caracteriza por un enfoque gradual.

La empresa busca consolidar su presencia mediante una estrategia de expansión progresiva, comenzando con una operación a pequeña escala y ampliando sus servicios conforme adquiera experiencia y conocimientos sobre el entorno local.

En conclusión, Lime ha hecho su debut en Japón con una oferta que no solo introduce innovaciones en términos de micromovilidad, sino que también refuerza su compromiso con la seguridad a través de medidas preventivas como el “Helmet Selfie” y la capacitación obligatoria en seguridad para sus usuarios. Este lanzamiento se alinea con la tendencia global de promover formas de transporte sostenibles y eficientes en entornos urbanos densos como Tokio.

 

HISTORIA

El ingreso  de Lime genera expectativas de una creciente competencia en términos de captación de usuarios y tarifas.

Aunque actualmente estos servicios se concentran en las áreas metropolitanas, existe el potencial de extenderse a las zonas rurales, facilitado por la participación de municipios y entidades locales.

Históricamente, los patinetes eléctricos en Japón estaban clasificados como ciclomotores, lo que requería una licencia de conducir.

Sin embargo, con la reforma de la ley de tráfico vial en julio del año pasado, los patinetes que cumplen ciertos requisitos, como limitar la velocidad máxima a 20 km/h, ahora pueden ser utilizados sin necesidad de licencia.

Esto ha facilitado su adopción por un público más amplio.

El proceso de uso es simple: los usuarios reservan y pagan el servicio a través de una aplicación en su teléfono inteligente, y los costos son relativamente accesibles, rondando unos pocos cientos de yenes por aproximadamente 15 minutos de uso.

A diferencia de las bicicletas, los patinetes no requieren pedaleo, lo que los hace menos agotadores.

EL DATO

La mayor flexibilidad en las regulaciones y la competencia entre empresas podrían seguir impulsando mejoras en la accesibilidad y costos para los usuarios.

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