Sueño compartido: Asia Oriental y ASEAN buscan el Mundial 2046
📍Tōkyō | 18 de Julio de 2025
Después de más de dos décadas desde la histórica Copa Mundial de 2002, celebrada en conjunto con Corea del Sur, Japón vuelve a mirar hacia el horizonte futbolístico con esperanza y ambición. 
Esta vez, el sueño es aún más grande: organizar el Mundial masculino de 2046, no solo con Corea, sino con una amplia alianza de países del este y sudeste asiático, incluyendo potencias emergentes como Indonesia, Tailandia, Malasia, Vietnam y hasta Australia.
El plan se gestó silenciosamente en marzo pasado, cuando representantes de la Federación de Fútbol del Este Asiático (EAFF) y la Federación del Sudeste Asiático (AFF) se reunieron en Tokio.
En ese encuentro, sin flashes ni anuncios espectaculares, surgió un compromiso simbólico pero potente: trabajar juntos para presentar una candidatura conjunta a la FIFA.
“Todavía no hay un documento formal, pero la intención es clara: si lo hacemos juntos, seremos más fuertes”, reconoció Miyamoto Tsuneyasu, presidente de la Asociación Japonesa de Fútbol (JFA) y desde este mes, también vicepresidente de la EAFF.
⚽ Una región que quiere brillar unida
La idea no surge por casualidad. El fútbol moderno está cambiando. Los mundiales son cada vez más grandes: en 2026, por ejemplo, se celebrará entre tres países (EE. UU., Canadá y México), y el torneo de 2030 involucrará a seis naciones en tres continentes. Ya no se trata solo de infraestructura, sino de visión regional y capacidad colectiva.
Japón, Corea del Sur, China, Indonesia, Tailandia, Malasia, Singapur y Australia son los países que más suenan como posibles anfitriones dentro de este bloque asiático. Todos con experiencia en grandes eventos y, en muchos casos, con economías en fuerte expansión.
🏟️ El reto de la infraestructura y el tiempo
Pero el sueño tiene obstáculos. La FIFA exige al menos:
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14 estadios con capacidad para más de 40.000 personas
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2 estadios con más de 60.000 para semifinales
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1 estadio con más de 80.000 para la final
Y aquí surge un problema: Japón no cuenta actualmente con un estadio de más de 80.000 espectadores. Tokio Dome, por ejemplo, no está diseñado para fútbol. Esto significa que si Japón quiere albergar la final —como ocurrió en 2002 con la semifinal en Yokohama— deberá construir desde cero un recinto emblemático, o compartir el evento con países que ya tengan esta capacidad.
🎯 Una meta que trasciende el fútbol
Para la JFA, la candidatura no es solo una cuestión de prestigio. Forma parte de su estrategia a largo plazo, delineada desde 2005, que incluye dos metas muy concretas:
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Volver a organizar un Mundial masculino antes de 2050
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Ganarlo con la selección japonesa como campeona
El presidente Miyamoto lo resumió así:
“Desde 2002, Japón no ha organizado un torneo global de esta magnitud. Tenemos que demostrarle al mundo que aún somos un país capaz de soñar en grande y hacer que las cosas sucedan”.
Además, Japón no logró quedarse con la sede del Mundial femenino de 2031, lo cual aumentó la determinación de proyectarse con fuerza hacia 2046, esta vez con aliados estratégicos.
💬 ¿Y qué ganan los demás países?
Para países como Indonesia o Tailandia, que recientemente han mostrado gran entusiasmo por el fútbol, esta es una oportunidad invaluable para desarrollar su infraestructura deportiva, atraer inversión extranjera, aumentar el turismo y consolidar su presencia en el escenario internacional.
Para Japón, más allá del deseo deportivo, también se trata de una jugada diplomática: fortalecer los lazos con sus vecinos, proyectar una imagen de liderazgo positivo y consolidar su papel como potencia blanda en Asia.
Y para los aficionados de todo el continente, sería una fiesta sin precedentes: un Mundial verdaderamente asiático, multicultural y compartido.
📺 El recuerdo vivo del 2002
Para muchos japoneses, el Mundial de 2002 no fue solo fútbol. Fue una celebración nacional. Las calles llenas, las pantallas gigantes, los abrazos con desconocidos. El partido contra Rusia alcanzó un impresionante 66,1% de audiencia. Aquella victoria no solo metió a Japón en los octavos de final por primera vez, sino que marcó a toda una generación.
Volver a vivir algo similar, ahora con más experiencia y una visión regional, es una promesa que emociona.
📌 Y ahora, ¿qué sigue?
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Reuniones bilaterales y multilaterales para definir la candidatura formal.
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Presentación oficial ante FIFA, probablemente a partir de 2038 o 2039.
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Definición de las ciudades sede y construcción de estadios donde sea necesario.
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Negociaciones políticas, diplomáticas y económicas para asegurar el apoyo global.
📣 Conclusión: más que fútbol, una apuesta por el futuro de Asia
Esta no es solo una candidatura. Es una historia de alianzas, sueños compartidos y confianza en el potencial de Asia. Si tiene éxito, el Mundial de 2046 será mucho más que un torneo: será la celebración de una región diversa, conectada por el deporte y unida por el deseo de brillar ante el mundo.
¿Te gustaría ver de nuevo un Mundial en Japón? ¿Qué país crees que debería albergar la final?
Tu opinión, como aficionado y residente, también cuenta en este camino.
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