Crece la preocupación: más de 80 casos ligados a militares estadounidenses en solo diez meses
📍Tōkyō | 21 de noviembre
A menos de un mes de un encuentro bilateral de alto nivel para reforzar la prevención de delitos vinculados a militares estadounidenses, un nuevo caso vuelve a tensar la relación entre residentes locales y las fuerzas armadas de Estados Unidos.
Un integrante de la Marina estadounidense, de unos 20 años, fue remitido a la fiscalía por presuntamente cometer actos indecentes contra una adolescente en la isla principal de Okinawa.
El incidente ocurrió en junio, cuando el soldado —según la investigación policial— habría tocado de manera inapropiada a una joven con la que no tenía relación alguna.
La víctima pidió ayuda y un transeúnte llamó a la policía, pero el agresor ya había escapado cuando llegaron los agentes. Las cámaras de seguridad del área permitieron identificarlo, tras lo cual la policía contactó a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Japón.
Según las autoridades locales, el hombre fue retenido dentro de una instalación militar estadounidense, donde la policía de Okinawa realizó múltiples entrevistas voluntarias. El caso fue finalmente enviado a los fiscales el 7 de noviembre, momento en el que el gobierno prefectural fue informado.
El gobernador de Okinawa, Denny Tamaki, expresó frustración y cansancio ante lo que considera una reiteración intolerable de incidentes:
“Solo podemos seguir insistiendo en que este tipo de hechos jamás deben ocurrir. Pedimos encarecidamente a los gobiernos de Japón y Estados Unidos que garanticen un entorno seguro para nuestra gente”.
Un problema que no se detiene
A pesar de las patrullas conjuntas implementadas desde abril por la policía militar estadounidense en zonas de ocio de Naha y otras localidades —incluyendo restricciones para entrar a bares entre la 1:00 y las 5:00— los incidentes siguen aumentando.
Hasta octubre de este año se han registrado 82 casos relacionados con personal militar estadounidense o personas vinculadas a ellos. La cifra ya supera los 73 casos de todo 2024, el número más alto en dos décadas. Entre los delitos figuran agresiones sexuales, conducción en estado de ebriedad, fuga tras accidente y allanamientos.
La prefectura transmitió su “profundo pesar” a las autoridades militares estadounidenses y al Buró de Defensa de Japón, reiterando la exigencia de educación interna, supervisión estricta y medidas reales de prevención.
Mientras tanto, la información sobre la entrega del sospechoso quedó sin respuesta: los funcionarios policiales indicaron que la solicitud de custodia depende del Comité Conjunto Japón–EE. UU., instancia que gestiona los aspectos operacionales del acuerdo militar.
⚖️ Marco legal: ¿Por qué el sospechoso sigue bajo control militar?
1. Acuerdo de Estatus de las Fuerzas Estadounidenses en Japón (SOFA)
El SOFA Japón–EE. UU. establece lo siguiente:
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Jurisdicción japonesa: Japón puede investigar y juzgar delitos cometidos por militares estadounidenses cuando están fuera de servicio (off-duty), como ocurre en este caso.
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Custodia del sospechoso:
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Si el militar es detenido por autoridades estadounidenses antes de la acusación formal, las Fuerzas Armadas de EE. UU. pueden retenerlo dentro de la base hasta que la fiscalía japonesa presente cargos formales (indictment).
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Japón puede solicitar la entrega, pero Estados Unidos no está obligado a concederla antes de la acusación, a menos que se trate de delitos especialmente graves (como homicidio).
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Este vacío operativo causa tensiones recurrentes: la policía japonesa puede investigar, pero no necesariamente puede disponer de la custodia inmediata del sospechoso.
2. Cooperación Judicial Japón–EE. UU.
El caso será evaluado por fiscales japoneses. Si se presenta una acusación formal, se abre el proceso penal en Japón, aunque parte de la coordinación seguirá dentro del marco del Comité Conjunto bilateral.
3. Responsabilidad del Gobierno Japonés
Los gobiernos local y central pueden:
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solicitar medidas disciplinarias internas,
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exigir programas de formación y control de personal,
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y pedir revisiones al SOFA (punto históricamente solicitado por Okinawa, pero rara vez atendido por EE. UU.).

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