KIOTO.- Ante la presión del resurgimiento turístico pos-COVID, las autoridades está considerando establecer autobuses exprés con el fin de reducir la congestión en los autobuses urbanos y el estrés en los residentes locales.
El gobierno de la ciudad anunció que planea introducir en junio un «autobús exprés turístico» que podría viajar a sitios importantes como el templo Kiyomizu y el distrito de geishas de Gion, con menos paradas desde la Estación de Kioto, puerta de entrada para turistas a la antigua capital.
Tiene previsto fijar las tarifas de los autobuses exprés en 500 yenes para adultos y 250 yenes para niños, aproximadamente el doble del precio de los respectivos billetes en los autobuses urbanos.
Japón ha experimentado un aumento en el turismo desde que levantó las medidas de control fronterizo por el COVID-19 en abril de 2023, siendo la debilidad del yen un factor que ha impulsado el número de visitantes, y Kioto es considerada por muchos como un destino obligatorio.
Con una población de alrededor de 1.44 millones y más de 40 millones de visitantes nacionales y extranjeros recibidos en 2022, Kioto es emblemática del problema de «sobreturismo» que está perturbando a las comunidades locales en todo Japón.
Para los turistas, los autobuses urbanos son convenientes para visitar atracciones incluyendo el famoso pabellón dorado en el templo Kinkaku-ji y Fushimi Inari Taisha. No es raro que un autobús esté tan lleno que los pasajeros que esperan no puedan abordar.
En un intento por disuadir a los turistas de utilizar los servicios de autobuses locales, el gobierno de la ciudad planea incluir el acceso al autobús exprés turístico en el pase de un día por 1,100 yenes.
Las autoridades locales estiman que aliviando la congestión dividiendo las rutas que la gente usa, esperan lograr un equilibrio entre la vida cotidiana y el turismo.
A TENER EN CUENTA
En romaji, オーバーツーリズム se escribe como «Ōbātsūrizumu». La definición en español es «sobreturismo» o «turismo excesivo». Este término se refiere a la afluencia de una cantidad de turistas superior a la capacidad de manejo de un destino, lo cual puede resultar en la degradación de la experiencia turística y un impacto negativo en la calidad de vida de los residentes, así como en el medio ambiente y la infraestructura local.
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