ŌSAKA.- Una situación que ocurrió en un café de la cadena Komeda Coffee, el pasado 10 de diciembre, ha generado gran atención en redes sociales debido a la forma en que una empleada manejó un caso de kasuhara [カスハラ] donde un cliente mayor estaba causando molestias.

La historia fue relatada por un testigo, el director de teatro Sato Toshio, quien publicó los detalles en la red social X, provocando miles de reacciones.


Los hechos


Durante el almuerzo en una concurrida sucursal, un hombre de unos 60 o 70 años ingresó al local, ignorando que estaba lleno y que había personas esperando su turno afuera.

Sin importar la disposición del lugar, se sentó directamente en una zona destinada para el almacenamiento de pertenencias, obstruyendo el paso.

Una empleada del local, con calma y cortesía, le pidió que se levantara, explicando que esa área era para dejar objetos y que estaba dificultando el movimiento de los clientes.

El hombre respondió exigiendo que le proporcionaran una silla y, ante la negativa de la empleada, que le pidió esperar afuera como el resto de los clientes, comenzó a quejarse.

Argumentó que el frío era una razón suficiente para permitirle quedarse adentro y protestó diciendo que era “una falta de respeto”.

Sin embargo, la empleada, manteniendo su actitud profesional, respondió repetidamente con la misma frase: Minasama soto de omachi itadaite orimasu.「皆様外でお待ち頂いております」( Sí, todos están esperando afuera)” , rechazando de forma cortés pero firme las exigencias del hombre.

Tras un intercambio de palabras repetitivo y sin lograr imponer su demanda, el cliente finalmente salió del establecimiento.

 


La reacción del público


Según  Sato, quien presenció todo, la actitud de la empleada fue impecable: siempre calmada, respetuosa y con una sonrisa.

Además, destacó cómo los demás clientes presentes sintieron admiración por ella, describiendo que “en ese momento, todos en el local le dedicaron un reconocimiento silencioso”.

El relato en redes sociales recibió cerca de 70,000 “me gusta”, desatando una ola de comentarios divididos.

Por un lado, algunos usuarios señalaron que las personas mayores suelen ser más vulnerables al frío y podrían necesitar consideraciones especiales.

Por otro, una mayoría defendió la postura de la empleada, enfatizando que “los clientes no son dioses” y que había manejado la situación de la mejor manera posible.

 


Reflexiones y conclusiones


Sato comentó en entrevistas que el hombre parecía tener una buena salud física, sin signos evidentes de fragilidad, por lo que consideró que su actitud estaba motivada por una visión egoísta y autoindulgente.

Asimismo, elogió a la empleada por su capacidad de mantener la compostura y priorizar el bienestar de todos los clientes presentes.

La cadena Komeda Coffee, al ser consultada por los medios, mencionó que no podía dar declaraciones inmediatas y que remitiría el asunto a su sede central.

 


Impacto social


El caso ha generado un debate más amplio sobre los límites de los derechos de los clientes y el trato que deben recibir los empleados frente a comportamientos irrespetuosos o exigencias poco razonables.

 


EL DATO

Este incidente también pone de manifiesto los desafíos que enfrentan los trabajadores del sector servicios al lidiar con clientes difíciles mientras se esfuerzan por mantener un ambiente justo y agradable para todos.

 




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