“Un crimen, seis vidas perdidas y una pregunta que persiste: ¿hasta dónde debe llegar la compasión legal?”
📍Saitama | 17 de septiembre
El 16 septiembre de 2015, la ciudad de Kumagaya (Saitama) quedó marcada por un crimen atroz: el peruano Nakada Ludena Byron Jonathan (ナカダ・ルデナ・バイロン・ジョナタン) hoy de 40 años de edad, asesinó a seis personas, entre ellas una madre y sus dos hijas pequeñas.
Para Katō Yūki (52 años), esposo y padre de tres de las víctimas, la vida se detuvo aquel día.
“Me arrebataron a mi esposa y a mis hijas. Lo único que me queda es seguir preguntándome si la justicia realmente hizo lo correcto.”
📜 Los hechos
12 de septiembre – Madrugada
El sospechoso Byron Jonathan Nakada Ludena abandona la residencia de su lugar de trabajo. Sufría un delirio persecutorio: creía que compañeros de trabajo o personas enviadas por ellos querían matarlo para cobrar una deuda.
13 de septiembre – 14:40 aprox.
Ingresa al terreno de una vivienda y es llevado voluntariamente por la policía.
👉 Delira: “¡Los policías quieren asesinarme!”
Deja abandonados sus objetos personales: maleta, teléfono móvil y pasaporte, aunque conserva dinero en efectivo. Luego huye de la comisaría.
14 de septiembre – Tarde
Mata al matrimonio Tazaki Minoru (55) y Tazaki Misae (53).
Usa un cuchillo encontrado en su casa. Tras cometer el crimen, huye en el coche de la familia, que abandona a 270 metros.
15 de septiembre – 01:30 aprox.
Entra a una tienda de conveniencia.
Se cambia de ropa (la que llevaba de la casa de los Tazaki). Mantiene oculto el cuchillo.
15 de septiembre – Tarde
Mata a Shiraishi Kazuyo (84).
Usa el mismo cuchillo de los Tazaki. Tras asesinarla, mueve el cuerpo al baño y lo oculta dentro de la bañera.
16 de septiembre – Mañana
Mata a Katō Miwa (41).
Trasladó su cuerpo al clóset del primer piso, donde también escondió el cuchillo.
16 de septiembre – Tarde
Cuando la hija, Katō Misaki (10), regresa de la escuela, la asesina en el segundo piso con el cuchillo de los Tazaki.
Posteriormente baja el cuerpo al primer piso, junto al de su madre, y oculta ambos con el cuchillo en el clóset.
Revisa la casa de los Katō, llevando consigo las llaves del auto de los Tazaki.
Arroja al exterior el cuchillo manchado con la sangre de Misaki.
Obtiene de la vivienda otros dos cuchillos adicionales.
16 de septiembre – 17:27
Se confirma la presencia de Misaki en la casa de los Katō.
Antes del asesinato de Misaki
Ató sus brazos con una cuerda y le tapó la boca.
Después de su muerte, en algún momento posterior, desvistió los cuerpos de Misaki y Miwa, poniéndoles ropa diferente (pantalón corto y pantalones femeninos sustitutos).
El sospechoso al ser descubierto se arroja del segundo piso de la vivienda. Sufrió un traumatismo encéfalo craneano. Fue derivado a un hospital donde le salvaron la vida. Tras recuperarse fue detenido y se inicio su proceso judicial.
⚖️ El recorrido judicial
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Primera instancia (Saitama):
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Condena a pena de muerte por homicidio múltiple.
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El tribunal valoró la brutalidad y la planificación del crimen.
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Segunda instancia (Tokyo ):
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Los jueces aceptaron la conclusión de un examen psiquiátrico: shinshi kōjaku (心神耗弱 / disminución de responsabilidad por alteración mental).
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Resultado: pena reducida a cadena perpetua.
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Esta decisión judicial sigue siendo vista como un “golpe adicional” para los familiares y como un símbolo de la distancia entre la letra de la ley y el sentido común de justicia.
📜 Marco legal japonés
El Código Penal de Japón (刑法) establece reglas especiales para quienes cometen delitos bajo alteraciones mentales:
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Artículo 39:
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Shinshi sōshitsu (心神喪失 / inimputabilidad total): el acusado no recibe castigo penal, aunque puede ser internado en un hospital psiquiátrico.
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Shinshi kōjaku (心神耗弱 / imputabilidad disminuida): el acusado es responsable, pero la pena puede reducirse (ejemplo: de pena de muerte a cadena perpetua).
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Artículo 41: los menores de 14 años tampoco pueden ser castigados penalmente.
En este caso, el tribunal aplicó el artículo 39 reconociendo Shinshi kōjaku (心神耗弱), lo que evitó la pena de muerte pese al asesinato de seis personas.
🔍 Contexto social y humano
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Para la sociedad japonesa, el caso abrió un debate sobre hasta qué punto la salud mental debe reducir la pena en delitos de extrema gravedad.
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Para la familia Katō, significó vivir con la paradoja: el asesino sigue con vida, mientras sus seres queridos fueron arrebatados para siempre.
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El hecho de que el autor fuera extranjero también generó discusiones sobre integración, control migratorio y atención a la salud mental de residentes no japoneses.
📌 A 10 años
El caso de Kumagaya no es solo un recuerdo doloroso, sino un referente en el debate sobre justicia penal y salud mental en Japón.
La pregunta sigue sin respuesta:
¿Puede la justicia ser verdaderamente justa cuando se atenúa la responsabilidad de quien cometió un crimen tan brutal?

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