Entre el miso y la historia: cómo Nagoya defiende su plato más llano y querido

 


📍Tōkyō | 26 de octubre


En el corazón de Nagoya, donde las estaciones marcan el pulso del apetito japonés, hoy se celebra el “Día del Kishimen” (きしめんの日), una fecha oficial reconocida por la Asociación Japonesa de Días Conmemorativos.

La efeméride fue propuesta por la Asociación Cooperativa de Fabricantes de Fideos de Aichi, con el objetivo de promover uno de los platos más emblemáticos de la prefectura: los fideos planos y sedosos conocidos como kishimen.

El día no fue elegido al azar: octubre, mes del apetito otoñal, y el número 26, leído fonéticamente como “tsuru” (por su textura “tsurutsuru”, es decir, suave y resbaladiza), forman una combinación perfecta que refleja la identidad del platillo.

Más allá de su sencillez, el kishimen simboliza la elegancia minimalista de la cocina de Nagoya: una sopa clara, un caldo de bonito o soya ligeramente dulce, y fideos anchos que atrapan los sabores del dashi.

Su suavidad es motivo de orgullo local, y en muchos restaurantes se sirven con toppings de cebolleta, kamaboko o una tempura crujiente encima, creando un contraste visual y de textura irresistible.

Aunque existen variantes en otras regiones —como el himokawa de Gunma o el shino-udon de Okayama—, el kishimen es inseparable de la identidad culinaria de Aichi, tanto como el miso rojo o las alitas de pollo tebasaki.

Hoy, numerosos locales en Nagoya ofrecen promociones y menús especiales para celebrar este plato que une tradición, calidez y sabor cotidiano.

 

 



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