Bajo el kotatsu y entre risas, el invierno japonés comienza con una olla humeante
📍Tōkyō | 7de noviembre
En Japón, “nabe” (鍋) significa literalmente olla. Pero en la vida cotidiana japonesa, esa palabra encierra algo mucho más profundo: una forma de compartir, de cuidar y de sentirse en casa.
El nabe-ryōri (鍋料理), o cocina de olla, consiste en cocer distintos ingredientes —verduras, tofu, carne, pescado o fideos— en un caldo que se coloca al centro de la mesa. Todos comen directamente de la misma olla, mientras el vapor perfuma el ambiente y la conversación fluye.
Sus raíces se remontan a los tiempos antiguos, cuando las comunidades rurales cocinaban alrededor del irori (un brasero de tierra en el suelo) durante los inviernos helados. En el período Edo (siglo XVII–XIX), el nabe se consolidó como un plato de reunión familiar y de celebración, símbolo del calor humano frente al frío estacional.
Con el paso de los siglos, cada región creó su propia versión: el yosenabe de mariscos en el litoral, el chanko nabe de los luchadores de sumō, el motsu nabe con vísceras en Kyūshū, o el refinado mizutaki de Fukuoka.
Más allá de la receta, el nabe representa un valor esencial en la cultura japonesa: la armonía del compartir. Comer del mismo recipiente significa reconocer la igualdad y la unión. Por eso, se dice que “quien comparte un nabe, comparte el corazón”.
🍶 El origen del Día del Nabe
El 7 de noviembre fue elegido por Yamaki Co., Ltd., una empresa de Ehime dedicada a los caldos y tsuyu, porque esta fecha suele coincidir con el Rittō (立冬), el primer día del invierno según el calendario tradicional.
En palabras de la compañía, este día busca “celebrar la llegada del frío con un sabor que reúna a las familias y devuelva la calma al hogar”.
Yamaki es conocida por su línea “Dashiya no Nabe”, una colección de caldos artesanales pensados para destacar el umami natural de cada ingrediente. Con variedades como yosenabe tsuyu, chanko nabe tsuyu o aagodashi shio nabe, la empresa honra el arte del dashi, el corazón líquido de la gastronomía japonesa.
Cada año, miles de hogares japoneses preparan su primera olla del invierno en esta fecha. No hay protocolo: basta con reunir a los seres queridos, encender el fuego y dejar que el vapor y la risa llenen el espacio. En ese momento, el invierno deja de ser frío.

💬 El alma del nabe: roles, gestos y humor
El nabe también tiene su lado lúdico. En cada mesa hay un nabe bugyō (鍋奉行), el “magistrado del nabe”, que dicta con autoridad cuándo añadir la carne, cuándo probar el caldo o cuándo está listo el tofu.
A veces surgen figuras aún más estrictas: el nabe shōgun (鍋将軍), que no tolera errores, y el aku daikan (アク代官), encargado de retirar con precisión la espuma del caldo.
Estos títulos, medio en broma y medio en serio, reflejan algo más: el respeto japonés por el detalle y la armonía colectiva, incluso en torno a una simple comida.


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