TOKIO.- En una noticia meteorológica notable, el Monte Fuji aún no ha registrado su «Hatsukansetsu – 初冠雪» (primera nevada de la temporada), marcando el retraso más tardío en los últimos 130 años.

El promedio para esta primera nevada suele situarse alrededor del 2 de octubre, mientras que en el 2023 ocurrió el 5 de octubre.

Sin embargo, hasta el 31 de octubre de 2024, la icónica montaña japonesa permanece sin su característico manto blanco.

Este es el primer año en que la primera nevada se pospone hasta noviembre, estableciendo un récord sin precedentes desde que comenzaron los registros en 1894.

Este fenómeno refleja un patrón climático que ha afectado a Japón en 2024, ya que el país experimentó un verano con temperaturas promedio que empataron con el récord histórico del 2023.

Además, los meses de septiembre y octubre mantuvieron condiciones inusualmente cálidas, lo que ha impedido que las precipitaciones en la cima del Monte Fuji se conviertan en nieve.

Normalmente, las temperaturas más bajas hacia finales de octubre permitirían la acumulación de nieve en la cima de la montaña, visible desde puntos lejanos.

Sin embargo, el clima cálido ha prolongado el tiempo sin nieve, rompiendo la tendencia histórica y generando preocupación en torno a los efectos del cambio climático en patrones climáticos y estaciones del año en Japón.

La ausencia de nieve en la cima de la montaña es un recordatorio visual y simbólico de cómo el cambio climático está modificando la dinámica natural de regiones como la de Kantō-Kōshin, afectando tanto el paisaje como la experiencia de los visitantes.

EL DATO

Este retraso en la primera nevada también impacta el turismo, ya que muchas personas visitan Japón en otoño con la esperanza de ver el Monte Fuji con su característica «corona de nieve«.



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