WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el 26 de marzo que su país empezará a cobrar un impuesto especial (llamado arancel) del 25% a todos los autos que sean importados del extranjero, es decir, que lleguen desde otros países para venderse en su territorio.
Esta medida también afectará a algunos tipos de camiones. Entrará en vigor el 2 de abril.
¿Cuál es la intención?
Trump explicó que esta medida busca:
•Aumentar la producción de autos dentro de Estados Unidos (en vez de traerlos de otros países).
•Apoyar a las fábricas y trabajadores estadounidenses, incentivando que las empresas fabriquen autos en suelo estadounidense.
•Reducir la dependencia de productos extranjeros y fortalecer la economía local.
Él dejó claro que:
“Si una empresa fabrica sus autos dentro de Estados Unidos, no tendrá que pagar este arancel del 25%.”
Además, dijo que también piensa poner impuestos a productos como medicinas y madera importadas.
¿Qué significa esto para Japón?
Japón exportó alrededor de 1.38 millones de vehículos (entre autos, buses y camiones) a EE.UU. en 2024.
Eso representa casi el 30% de todas sus exportaciones hacia Estados Unidos.
Por eso, si esos vehículos tienen que pagar un 25% de arancel:
•Se volverán más caros para los consumidores en EE.UU.
•Habrá menos ventas de autos japoneses, como Toyota, Honda, Nissan, etc.
•Las fábricas japonesas podrían perder dinero y verse obligadas a reducir su producción o buscar fabricar más dentro de EE.UU.
•Es muy probable que esto afecte negativamente a la economía japonesa, que depende mucho de la exportación de vehículos.
¿Qué ganaría EE.UU. con esta medida?
Un funcionario del gobierno estadounidense dijo que, con estos nuevos aranceles:
•Estados Unidos podría ganar más de 100 mil millones de dólares al año (unos 15 billones de yenes).
•Este dinero iría a las arcas del gobierno.
En síntesis
Trump quiere que las empresas de autos produzcan más dentro de EE.UU., no que traigan autos desde otros países. Por eso, pondrá un impuesto extra a los autos importados.
Esto puede ayudar a las fábricas y trabajadores estadounidenses, pero dañará a países como Japón, que exportan muchos autos a EE.UU.
Esta decisión tendrá grandes consecuencias económicas a nivel mundial, especialmente para Japón.
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