El mito del “extranjero que no paga”: la deuda real en los hospitales japoneses es mínima, pero creciente
📍Tōkyō | 19 de octubre
En redes sociales japonesas se ha vuelto común leer afirmaciones como “los extranjeros no pagan sus gastos médicos” o “los hospitales pierden millones por pacientes del exterior”. Pero, ¿qué tan cierta es esa percepción?
Según una encuesta reciente del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar (厚生労働省), el monto total de las facturas médicas impagas por parte de extranjeros sí ha aumentado ligeramente en comparación con los años previos a la pandemia. Sin embargo, su proporción dentro del total nacional sigue siendo mínima: menos del 2 % de todas las deudas hospitalarias.
El verdadero problema no es la cantidad, sino el tamaño de cada deuda individual. Algunos hospitales reportan impagos que superan el millón de yenes, y en casos excepcionales, facturas por más de once millones (¥11,870,000), normalmente asociadas a internaciones prolongadas o tratamientos de emergencia sin seguro.
⚖️ Marco legal y contexto
Japón mantiene un sistema de seguro médico universal (国民皆保険) que cubre tanto a ciudadanos como a residentes extranjeros con estadías prolongadas.
Pero los turistas y visitantes de corta duración no están cubiertos. En esos casos, cualquier atención médica —desde una consulta hasta una cirugía— debe pagarse en su totalidad al momento del tratamiento.
Para evitar abusos o pérdidas económicas, el Ministerio de Salud ha creado un sistema de reporte obligatorio de impagos y recomienda a los hospitales:
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Solicitar pagos por adelantado a visitantes sin seguro.
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Confirmar capacidad de pago y cobertura antes de proceder.
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Informar los casos graves al Ministerio de Justicia y a la Agencia de Inmigración, que pueden registrar los impagos en los sistemas de control de entrada.
Algunas prefecturas, como Osaka y Fukuoka, han comenzado a ofrecer fondos de compensación parcial a hospitales afectados, aunque su alcance sigue siendo limitado.
💬 Voces del sector
En el hospital de una zona turística de Kioto, una administradora comenta con resignación:
“No es que los extranjeros no quieran pagar. A veces simplemente no entienden el sistema japonés o creen que su seguro de viaje cubrirá todo”.
Otro médico de Tokio explica:
“Lo que nos afecta no es el número de casos, sino cuando llega uno de esos de más de 5 millones de yenes. Es casi imposible recuperarlo”.
📊 Más allá del mito
Los datos oficiales muestran que los casos de impago masivo son excepcionales.
En promedio, los hospitales japoneses enfrentan muchas más deudas de pacientes nacionales que de extranjeros. Pero los pocos casos internacionales suelen ser más costosos y mediáticos, lo que amplifica su presencia en redes y noticieros.
En algunos portales de desinformación, los titulares suelen exagerar las cifras o mezclar casos antiguos, reforzando la idea de que “los extranjeros no pagan”.
No obstante, los expertos coinciden en que el reto no es moral, sino estructural: falta de información multilingüe, seguros de viaje insuficientes y falta de mecanismos ágiles de cobro internacional.
También los residentes
Japón presume uno de los sistemas de salud más sólidos del mundo, basado en el principio de “seguro universal para todos los residentes”. En teoría, nadie debería quedar sin cobertura. Pero en la práctica, las cifras cuentan una historia distinta: miles de residentes extranjeros acumulan deudas con el sistema nacional de salud, y algunos simplemente no pagan sus cuotas.
Según datos recabados por gobiernos locales y el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar (厚生労働省), el fenómeno no es nuevo, pero ha cobrado visibilidad en los últimos años con el aumento de la población extranjera.
En barrios con alta concentración de residentes del exterior —como Shinjuku o Itabashi, en Tokio—, se registran tasas de impago (未納率) alarmantes: más del 70 % entre algunos grupos nacionales como Sri Lanka, Uzbekistán o Nepal, según reportes municipales.
En total, solo en Shinjuku, los extranjeros debían más de 11 mil millones de yenes en cuotas atrasadas del Kokumin Kenkō Hoken (国民健康保険), el seguro público para residentes sin empleo formal.
La ley japonesa establece que toda persona con residencia en Japón debe afiliarse a un sistema de seguro médico:
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Salario regular → se afilia al Shakai Hoken (社会保険), que incluye salud y pensión.
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Trabajador independiente o desempleado → debe unirse al Kokumin Kenkō Hoken (国民健康保険).
El pago de las cuotas es obligatorio, y los municipios emiten notificaciones a quienes se retrasan.
Sin embargo, en la práctica, el cobro no siempre es sencillo:
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Muchos extranjeros no entienden las cartas municipales o desconocen que la afiliación es automática al registrar su residencia.
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Algunos cambian de dirección o empleo y quedan temporalmente fuera del registro.
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Y otros, con ingresos bajos o inestables, simplemente no pueden pagar las cuotas mensuales, que pueden superar los 20 000 a 30 000 yenes al mes.
🧾 Consecuencias legales y migratorias
El impago reiterado no solo genera deuda: puede tener efectos en la renovación del estatus de residencia (在留資格).
Desde 2012, el gobierno japonés autoriza a los funcionarios de inmigración a revisar el historial de pago de impuestos y seguros sociales al evaluar las solicitudes de renovación o residencia permanente.
En algunos casos, quienes acumulan deudas prolongadas o evaden la afiliación pueden ver rechazada su renovación de visa o ser obligados a regularizar el pago antes de ser aprobados.
Sin embargo, las autoridades reconocen que la aplicación varía por prefectura y que muchos municipios intentan primero conciliar o fraccionar los pagos antes de escalar el caso.
🧩 Conclusión
Sí, los impagos médicos de extranjeros existen, y en algunos casos son muy altos. Pero no constituyen una crisis nacional.
El desafío para Japón radica en prevenir los casos costosos antes de que ocurran, mediante seguros médicos obligatorios para turistas y sistemas de pago más transparentes.
La narrativa de “los extranjeros no pagan” puede ser útil para generar debate, pero distorsiona una realidad más compleja: un sistema sanitario que aún se adapta a un país cada vez más globalizado.

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