De perseguidores a perseguidos: la presión pesó en el equipo

 


📍 Manila, Filipinas / 18 septiembre


El balón cayó al suelo y con él terminó la aventura de Japón en el Campeonato Mundial de Vóleibol.

La victoria 3-0 sobre Libia sirvió para cerrar con dignidad un torneo que dejó más preguntas que respuestas.

La selección nacional se marcha con 1 triunfo y 2 derrotas, demasiado poco para un equipo que soñaba con subir al podio.

En el centro de la cancha, el capitán Ishikawa Yūki levantó los brazos hacia la tribuna. No fue un gesto de celebración plena, sino de respeto y compromiso. Había marcado 12 puntos, fue el segundo máximo anotador del equipo, y aun así sabía que no bastaba.

 


🌟 El peso de un capitán


“No pudimos superar la fase de grupos, quedamos lejos de la meta, pero esto también es experiencia. Solo nos queda hacernos más fuertes”, expresó.

Con esas palabras, Ishikawa resumió la sensación del grupo: frustración y aprendizaje. Fue un año en el que Japón pasó de ser el equipo que perseguía a convertirse en el equipo al que persiguen.

Esa transición pesó. Y el resultado, amargo, dejó cicatrices que duelen, pero que también marcan el camino.

 

 


🔧 Reflexiones técnicas con sabor amargo


El capitán no se limitó a hablar de sentimientos. También puso la lupa sobre lo que falló:

  • La eficiencia en el side-out, que no estuvo a la altura de los mejores.
  • La falta de contundencia en los momentos clave.
  • Los errores no forzados que, en este nivel, se pagan caros.
  • Y la necesidad de sumar fortalezas más allá de la defensa, donde Japón siempre se sintió fuerte, pero que hoy ya no es suficiente para sorprender al mundo.

 


🌍 Una mirada al horizonte


El Mundial fue el primer gran examen de este ciclo rumbo a Los Ángeles 2028. Japón lo termina con un golpe de realidad: el camino será largo y exigente.

Sin embargo, el cierre ante Libia recordó que la selección conserva su espíritu: orgullo, disciplina y lucha hasta el final.

Los aficionados aplaudieron, conscientes de que esta generación todavía tiene mucho por dar. Y en medio de esa mezcla de tristeza y esperanza, la figura de Ishikawa brilló no solo por los puntos anotados, sino por la capacidad de reconocer errores y mirar al futuro con firmeza.

Japón se va del Mundial con la cabeza en alto, pero con la promesa de volver más fuerte. Ishikawa lo dijo claro: “結果を残さなければならない” —“tenemos que dejar resultados”.

El mensaje está dado. La revancha comienza desde hoy.

 



©️Noticias Nippon

 

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