TOKIO.- El 11 de marzo de 2011, Japón vivió uno de los desastres naturales más devastadores de su historia: el Higashi Nihon Daishinsai –東日本大震災(Gran Terremoto del Este de Japón ).
Con una magnitud de 9.0, este sismo fue el más fuerte jamás registrado en el país y el cuarto más potente a nivel mundial desde el siglo XX.
Sus efectos fueron catastróficos: provocó un gigantesco tsunami, un accidente nuclear en Fukushima y dejó más de 22,000 muertos y desaparecidos. Cientos de miles de personas fueron desplazadas, y muchas aún hoy enfrentan las secuelas del desastre.
Catorce años después, ¿qué ha aprendido Japón? ¿Qué errores se corrigieron y cuáles siguen siendo un desafío?
El impacto del terremoto y tsunami: un antes y un después
Un terremoto sin precedentes
El sismo ocurrió a las 2:46 p.m. y duró tres minutos, una eternidad en términos sísmicos. Fue tan poderoso que desplazó el centro geodésico de Japón 27 centímetros al este y sigue causando deformaciones en la corteza terrestre hasta hoy.
Pero lo más devastador fue el tsunami. En algunas zonas, las olas superaron los 10 metros de altura y llegaron hasta 40 metros en áreas específicas, arrasando pueblos enteros en minutos.
Colapso nuclear en Fukushima
El terremoto y el tsunami dañaron gravemente la planta nuclear de Fukushima Daiichi, provocando la peor crisis nuclear desde Chernóbil. Se liberaron altos niveles de radiación, obligando a evacuar a más de 160,000 personas y generando un miedo que aún persiste en la región.
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Periodista peruano fue el primero en cubrir la información
Lecciones aprendidas y cambios en la respuesta ante desastres
El desastre reveló tanto fallos como fortalezas en la preparación de Japón para emergencias. Veamos qué se ha mejorado y qué sigue siendo un reto.
1. Infraestructura municipal más resistente
Uno de los grandes problemas en 2011 fue que 28 edificios municipales colapsaron o quedaron inutilizables, dificultando la organización del rescate. Como respuesta, el gobierno ha impulsado la construcción de edificios alternativos que puedan funcionar como centros de comando en caso de desastre. Sin embargo, el avance ha sido lento.
2. Mejora en la gestión de ayuda humanitaria
En 2011, la entrega de ayuda se basaba en un sistema de solicitudes (“pull-type”), lo que significaba que las zonas afectadas debían pedir suministros antes de recibirlos. Esto generó retrasos críticos. Ahora, Japón usa un sistema “push-type”, donde el gobierno envía ayuda de inmediato sin esperar solicitudes.
3. Predicción más precisa de tsunamis
La Agencia Meteorológica de Japón inicialmente subestimó el tamaño del terremoto, reportándolo como 7.9 en lugar de 9.0, lo que llevó a cálculos erróneos sobre el tsunami. Hoy en día, los sistemas de alerta han mejorado y, en caso de duda, se emiten advertencias de “tsunami gigante” para evitar minimizar el riesgo.
Problemas en los refugios de evacuación
Tras el desastre, cientos de miles de personas buscaron refugio en centros de evacuación, pero las condiciones fueron extremadamente difíciles.
1. Falta de suministros esenciales
Los refugios no estaban preparados para tanta gente. Hubo escasez de comida, agua y mantas, lo que agravó la situación de los afectados.
2. Problemas sanitarios y de salud
El hacinamiento en los refugios provocó brotes de gripe y otras enfermedades. Además, la falta de privacidad y de instalaciones adecuadas generó un fuerte impacto psicológico en los evacuados.
3. Falta de perspectiva de género
Los refugios eran administrados en su mayoría por hombres, por lo que muchas necesidades de las mujeres, como espacios para cambiarse o amamantar, fueron ignoradas. Desde entonces, se han implementado protocolos más inclusivos.
Para mejorar la situación en futuros desastres, los expertos recomiendan:
✔ Instalar baños adecuados y más privados.
✔ Proveer comidas calientes en lugar de solo alimentos enlatados.
✔ Crear espacios cómodos para las familias y personas vulnerables.
Impacto en el transporte y la vida urbana
En Tokio, el terremoto dejó a más de 5.15 millones de personas varadas debido al colapso del transporte público. Se estima que si ocurriera otro sismo de gran magnitud en la capital, hasta 8 millones de personas podrían quedar atrapadas.
Para reducir el riesgo, el gobierno ha recomendado que las personas eviten salir a las calles inmediatamente tras un terremoto y que las empresas implementen planes de resguardo en oficinas.
¿Qué es lo más importante después de un desastre?
Según una encuesta de NHK a sobrevivientes en Iwate, Miyagi y Fukushima, las principales prioridades en una emergencia son:
✔ 44%: Restaurar rápido el agua y la electricidad.
✔ 29%: Mejorar la evacuación ante tsunamis.
✔ 24%: Hacer los refugios más cómodos y seguros.
✔ 23%: Construir edificios más resistentes a sismos.
✔ 21%: Recibir información clara y rápida del gobierno.
Un hombre de 70 años en Iwate contó que tuvo que sobrevivir una semana sin agua potable y un mes sin electricidad. Esto muestra la importancia de fortalecer la infraestructura para garantizar la rápida recuperación de servicios básicos.
¿Se acerca otro megaterremoto?
Un estudio de las universidades de Tohoku y Hokkaido junto con la Agencia de Ciencia Marina y Tecnología de Japón advierte sobre un potencial megasismo en la Fosa de Chishima, al norte de Japón.
¿Qué dicen los expertos?
✔ La última gran actividad sísmica en esa zona fue en el siglo XVII.
✔ La acumulación de energía en la falla podría provocar un terremoto de magnitud 9.0 en los próximos 30 años.
✔ La probabilidad de que ocurra es de 7% a 40%.
El profesor Tomita Fumiaki, del Instituto Internacional de Investigación en Desastres de la Universidad de Tohoku, advierte que la memoria del terremoto de 2011 se está desvaneciendo y que es crucial mantener la preparación ante un posible nuevo desastre.
Conclusión
A 14 años del terremoto, Japón ha mejorado en muchos aspectos:
✔ La entrega de ayuda es más rápida.
✔ Las alertas de tsunami son más precisas.
✔ Se han corregido errores en la infraestructura de emergencia.
Pero aún hay desafíos pendientes:
❌ Las condiciones en los refugios siguen siendo un problema.
❌ La infraestructura de servicios básicos sigue siendo vulnerable.
❌ Se necesita más conciencia y preparación ante un nuevo megasismo.
El Gran Terremoto del Este de Japón fue una tragedia, pero también dejó lecciones invaluables. La clave para el futuro está en no bajar la guardia y seguir reforzando la resiliencia del país ante futuros desastres.
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