TOKIO.- El incendio forestal en la ciudad de Ōfunato, en la prefectura de Iwate, cumple siete días sin ser controlado, expandiéndose rápidamente hasta alcanzar una superficie quemada de 2,600 hectáreas.
Esto representa aproximadamente el 8% del área total de la ciudad. Como consecuencia, 3,941 personas —lo que equivale al 12% de la población local— han sido desplazadas y enfrentan condiciones de evacuación prolongadas, lo que está generando un creciente agotamiento físico y emocional.
Intensa operación de contención
Ante la magnitud del siniestro, el gobierno de Iwate ha desplegado una ofensiva de 15 aeronaves, entre las que se incluyen helicópteros de gran tamaño de las Fuerzas de Autodefensa y unidades especializadas de las prefecturas de Miyagi y Fukushima.
En paralelo, brigadas de bomberos continúan los esfuerzos de extinción en tierra, combatiendo las llamas con camiones cisterna y equipos de alta presión.
Hasta la mañana del 4 de marzo, las autoridades han emitido órdenes de evacuación para 1,896 hogares, afectando a un total de 4,596 personas.
De ellas, 1,215 están alojadas en 12 refugios temporales, mientras que 2,726 han buscado refugio en casas de familiares y conocidos.
Panorama
¿Un alivio en el horizonte? Pronóstico meteorológico
El Servicio Meteorológico de Morioka ha informado que un cambio en las condiciones climáticas podría ayudar en el combate contra el fuego.
Se espera que hoy 5 de marzo, la región costera sur de Iwate, incluyendo Ōfunato, reciba lluvia o nieve. Las precipitaciones podrían extenderse hasta la noche, y en algunas zonas se pronostica una acumulación de 30 a 40 cm de nieve.
Si bien esta nevada podría ayudar a sofocar las llamas, también podría dificultar las operaciones de emergencia, ya que las carreteras y caminos de acceso a la zona afectada quedarían cubiertos, limitando el movimiento de los equipos de rescate y los esfuerzos de extinción.
Conclusión
El incendio en Ōfunato se ha convertido en una de las peores crisis medioambientales recientes en la región, con un impacto devastador en la población local.
Mientras los equipos de emergencia continúan trabajando sin descanso, la esperanza de los evacuados se centra en las condiciones climáticas, que podrían marcar la diferencia en las próximas horas.
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