TOKIO.- El caso conocido como el hakamada jiken – 袴田事件 (Caso Hakamada)  ha sido uno de los incidentes judiciales más prolongados y controvertidos en Japón, relacionado con la justicia penal y la posibilidad de errores judiciales llegó a su fin.

Antecedentes

En junio de 1966, ocurrió un trágico crimen en la ciudad de Shimizu (hoy parte de Shizuoka) en la residencia de un ejecutivo de una empresa productora de miso.

Cuatro miembros de la familia fueron brutalmente asesinados en lo que parecía ser un robo, seguido de un incendio provocado para encubrir el crimen.

Hakamada Iwao, un empleado de la fábrica de miso donde trabajaba el dueño de la casa, fue arrestado y acusado de ser el perpetrador.

El caso tomó un giro crucial en 1980, cuando, tras varios años de procedimientos judiciales, Hakamada fue condenado a muerte, basándose principalmente en pruebas circunstanciales y en una confesión que él alegó haber sido forzada bajo tortura.

Desde entonces, el caso fue conocido por la prolongada detención de Hakamada en el corredor de la muerte, mientras él y sus abogados luchaban por su exoneración.

Las Pruebas Controversiales

La base principal para la condena de Hakamada fue un conjunto de cinco piezas de ropa (las llamadas «5 prendas») que, según los investigadores, pertenecían a él y que fueron encontradas meses después del crimen en un tanque de miso.

Sin embargo, estas prendas han sido objeto de gran controversia. La defensa argumentó durante décadas que estas pruebas fueron falsificadas y plantadas por las autoridades para incriminar a Hakamada, dado que no coincidían ni en tamaño ni en el deterioro esperado por el tiempo transcurrido entre el crimen y su hallazgo.

Además, la confesión de Hakamada, como se mencionó, fue supuestamente extraída bajo coacción.

La Lucha por la Revisión del Caso

Durante más de 50 años, la hermana de Hakamada, Hideko, fue una de las principales defensoras de su inocencia, apoyada por abogados, activistas y miembros de la sociedad civil.

En 2014, después de nuevas pruebas de ADN que sugerían que la sangre en las prendas no correspondía a Hakamada, un tribunal ordenó su liberación temporal, pero el proceso de revisión continuó.

En marzo de 2023, la Corte Superior de Tokio decidió aceptar una segunda solicitud de revisión del caso, alegando que había suficientes dudas sobre la integridad del proceso judicial original.

La fiscalía, sin embargo, se opuso y siguió manteniendo que las pruebas no podían haber sido falsificadas y solicitó nuevamente la pena de muerte en la revisión del caso.

El Fallo de 2024: Un Giro Crucial

Hoy 26 de septiembre , el Tribunal de Distrito de Shizuoka, bajo la presidencia del juez Kunii Koji, dictó una sentencia histórica: la exoneración de Hakamada Iwao, con un fallo de «no culpable».

Este fallo marca el fin de una lucha judicial de más de medio siglo, durante el cual Hakamada pasó casi 48 años en el corredor de la muerte, lo que lo convierte en el prisionero más antiguo bajo esta condición en el mundo.

Sin embargo, debido a su estado mental, descrito como de «demencia» o «pérdida de la capacidad cognitiva», Hakamada no estuvo presente en el tribunal.

Pasó este momento trascendental en su casa en Hamamatsu, acompañado por sus cuidadores y algunos simpatizantes.

Reflexiones

Este veredicto representa no solo una victoria para Hakamada y su equipo legal, sino también una advertencia sobre la necesidad de reformas judiciales profundas en Japón.

La manipulación de pruebas y las confesiones obtenidas bajo tortura siguen siendo temas candentes, y este caso ha puesto de relieve la urgencia de revisar cómo se maneja la justicia en el país.

 

EL DATO

Aunque Hakamada ha sido absuelto, el daño físico y psicológico infligido durante sus más de 50 años en prisión es irreparable.

 


 


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