TOKIO.- Un día como hoy hace 79 años cayó la bomba atómica en la ciudad de Hiroshima.

En medio de un clima internacional tenso y con la amenaza nuclear cada vez más presente, la misión de Japón, el único país que ha sufrido un ataque nuclear, de mantener viva la memoria de esta tragedia se vuelve cada vez más crucial, especialmente a medida que los sobrevivientes envejecen.

Desde tempranas horas, muchas personas se reunieron en el Parque Conmemorativo de la Paz en Hiroshima para recordar y honrar a las víctimas con oraciones y ofrendas de incienso frente al Cenotafio Memorial.

El 6 de agosto de 1945, a las 8:15 a.m., el bombardero B29 «Enola Gay» de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos lanzó la bomba atómica de uranio «Little Boy» sobre Hiroshima.

La explosión, que ocurrió a unos 600 metros sobre el suelo cerca del centro de la ciudad, devastó la zona con calor intenso, una onda expansiva y radiación, convirtiendo el área en un paisaje desolado. Se estima que, hasta diciembre de ese año, unas 140,000 personas habían fallecido a causa de la bomba y sus efectos.

Tres días después, el 9 de agosto, se lanzó una segunda bomba, «Fat Man», sobre Nagasaki, resultando en la muerte de 73,884 personas y dejando a 74,909 más con heridas de diversa gravedad.

En los años posteriores, muchos sobrevivientes continuaron sufriendo de leucemia, cáncer y otras enfermedades relacionadas con la radiación, además de llevar cicatrices físicas y emocionales.

Estas bombas no solo causaron una devastación inmediata, sino que también dejaron una profunda y duradera sombra en las vidas de los sobrevivientes, destruyendo sus comunidades y afectando su salud y bienestar a lo largo del tiempo.

EL DATO

La conmemoración en Hiroshima sirve como un recordatorio solemne de los horrores de la guerra nuclear y la necesidad de trabajar hacia un mundo más pacífico.




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